SEVILLA, 17 (EUROPA PRESS)
El presidente y consejero delegado del Grupo Rusvel, Miguel Rus Palacios, fue el encargado de impartir la lección magistral en la clausura de la XXIV promoción del Programa Intensivo de Dirección de Empresas (PIDE) del Instituto Internacional San Telmo, donde Rus aseguró que "las crisis son oportunidades y, si les hacemos frente, pueden sacar lo mejor de nosotros mismos y de nuestras empresas".
El Instituto San Telmo, que concluye su curso académico con la clausura del Programa PIDE, recordó que en este Programa PIDE participaron 45 empresarios y directivos con una experiencia media de once años y una media de edad de 34 años.
La lección magistral del acto, que tuvo lugar a las 21,00 en la sede del Instituto Internacional San Telmo en Sevilla, estuvo a cargo de Miguel Rus Palacios y además, han participado en esta clausura Manuel Fernández de Jódar, director de la vigésimo sexta promoción; Isabel de Soto, presidenta de la esta promoción; Juan Paneque, director de los programas de formación del Instituto Internacional San Telmo; y Eustasio Cobreros, presidente de la Fundación San Telmo
El presidente y consejero delegado del Grupo Rusvel dio, a lo largo de su intervención, algunos consejos basados en su experiencia personal y profesional, dividiéndolos en siete puntos, el primer de los cuales apunta a que "hay que ser consciente de la realidad actual, pues aún existen empresarios que piensan que no les va a afectar la crisis, y siguen haciendo sus planes de negocio pensando en que pronto volverán a la situación de hace años".
En este sentido, manifestó que los empresarios "han de asumir la situación actual, saber cómo le afecta a sus empresas o prever cómo les puede afectar y ser capaces de adaptarse rápidamente a los vaivenes del mercado", tras lo destacó en ese punto la "ventaja competitiva" de las pymes, que pueden "realizar los cambios mucho más rápido", para lo cual "hay que adaptarse a los cambios con rapidez y eficacia.
Rus también apostó por "planificar y presupuestar, pues siempre hay que prever un plan B e incluso hasta un Plan C". En ese sentido, apuntó que el 80 por ciento de pymes "no tienen un presupuesto anual, ni control de los gastos, ni previsión de ingresos".
Asimismo, instó a los futuros empresarios a "no refugiarse en lo seguro", ya que "en las situaciones de crisis que se puede caer en la tentación de buscar el refugio en lo que tradicionalmente ha sido un producto, especialidad o servicio seguro, lo cual puede ser un gran error, porque las crisis generalmente lo contagian todo, y no hay refugio posible". Por ello, consideró que la actitud razonable sería la de "chequear la nueva demanda producida por la crisis, y avanzar en esa dirección; hay que moverse, no refugiarse".
Rus apuntó además la necesidad de "poner en duda los sueldos", puesto que cree que, "independientemente de que sea oportuna una política de contención de salarios, uno no puede dar cobijo a la sensación de que los empleados ganan demasiado y son el agujero negro de la empresa, sino que hay que seguir pensando en cómo podrían ganar más, cómo pueden estar más motivados para afrontar con más éxito la crisis, cada uno desde sus responsabilidades y competencias".
También indicó en la importancia de "saber comunicar" la situación, las expectativas y los objetivos a conseguir para mantener la empresa; abogó por "no pararse a esperar tiempos mejores, ni adoptar sólo economías de guerra o supervivencia", ya que, en su opinión, las crisis "son oportunidades y, si les hacemos frente pueden sacar lo mejor de nosotros mismos y de nuestras empresas".
"No es buena solución renunciar a los beneficios mientras dure la crisis y aguardar a que vuelvan los buenos tiempos, hay que vivir y hacer negocio, en el presente, no en el futuro", apuntó este empresario, quien sí alertó del peligro de "innovar más de la cuenta", ya que "entender la crisis como una oportunidad no equivale a emprender el camino de la constante innovación".
De este modo, Rus Palacios consideró que las dosis de innovación en una situación de crisis "deben ser las justas y nunca deben reemplazar las dosis de esfuerzo y constancia", puesto que "si las nuevas ideas no están dotadas del suficiente tesón y perseverancia serán una pérdida de tiempo y de recursos: hay que innovar lo preciso, pensando, sobre todo, en obtener resultados a corto plazo, pues la innovación a largo plazo es más propia de momentos más saludables y horizontes más despejados".
El Programa PIDE que hoy se clausuró está dirigido a empresarios y ejecutivos que ocupan puesto directivos en pequeñas y medianas empresas, con frecuencia de origen familiar, que no necesariamente poseen estudios superiores.