Placeros tildan de "fracaso" la gestión de Mercasevilla y pedirán el rescate de concesión "si no se pone orden"

El colectivo de placeros de los mercados de abastos de Triana, San Gonzalo y San Jerónimo de Sevilla, cuya gestión está adjudicada por concesión administrativa a Mercasevilla, tildó hoy de "fracaso" la experiencia y alertó de que pedirán el rescate de la concesión a la Alcaldía si la situación sigue en la tesitura actual "y no se pone orden ni se clarifica".

El abogado y portavoz de los placeros, Juan Silva, expuso a Europa Press que las promesas realizadas por el vicepresidente de Mercasevilla, Antonio Rodrigo Torrijos (IU), en cuanto a una gestión de los mercados "moderna, eficaz, atractiva y con mejora de las instalaciones y el servicio que se presta a la ciudadanía", no se están cumpliendo.

Sólo han existido "unos mínimos gestos" de mejora de infraestructuras del mercado de San Gonzalo, "dentro de un plan y un presupuesto que había dedicado para hacer otras obras de mejora, como la pintura del mercado, la fachada o la colocación del rótulo luminoso, que no se han hecho", según Silva.

Los tres mercados permanecen a la espera de una reunión prometida por la dirección de Mercasevilla para escoger un logotipo que representara a Triana, San Gonzalo y San Jerónimo, "que estamos esperando desde el mes de junio y que sigue sin darse", abundó el letrado de los placeros, que explicó que se ha solicitado ver el pliego de condiciones de adjudicación y contrato entre Mercasevilla y el Consistorio, al objeto de esclarecer qué servicios dependen de la mayorista y cuáles de la corporación local.

"Los comerciantes siguen sufragando los costes de mantenimiento en su inmensa mayoría, pagando asimismo el canon correspondiente al Ayuntamiento y a Mercasevilla, y como contrapartida los mercados, a día de hoy, no han recibido nada, o muy poco", lamentó Silva, que aludió a la situación interna de Mercasevilla --investigada judicialmente por un presunto delito de intento de cobro de comisiones a empresarios-- como una circunstancia agravante que, sin embargo, "en nada atañe a los comerciantes".