SEVILLA 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
El proyecto bautizado como 'Paisaje Alfar', cuyos autores son los arquitectos Miguel Hernández Valencia, Esther López Martín, Francisco José Domínguez Saborido, Juliane Potter y Ángel González Aguilar, se ha alzado con el contrato relativo a la transformación de la antigua factoría de cerámica Santa Ana en un museo de esta actividad tan arraigada al barrio de Triana, según el fallo del jurado constituido por el Ayuntamiento de Sevilla a tal efecto. También se han otorgado tres menciones especiales para los trabajos 'Añil', 'Cajas de Barro' y 'Cuatro elementos'.
El jurado, que ha analizado las 46 propuestas presentadas, ha estado formado por el Consorcio 'Turismo de Sevilla', a través de su presidenta, Rosamar Prieto-Castro; así como por Sotero Martín Barroso, en representación de la Dirección General de Planificación de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía; Maria Antonia Teba, en representación de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta; Paz Sánchez, como representante de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento; Vicente Sanz, del Colegio de Arquitectos de Sevilla; Javier Pando, de la Gerencia de Urbanismo; y Antonio González, de la propiedad de Cerámica Santa Ana. Ha actuado como secretario el director gerente del Consorcio 'Turismo de Sevilla', Antonio Silva.
Según un comunicado del Ayuntamiento, el ganador llevará a cabo el servicio de asistencia técnica para la redacción del proyecto y la dirección de la obra y dispondrá de dos meses para elaborar el proyecto básico y dos meses para la presentación del proyecto de ejecución. Una vez aprobado éste, el Consorcio 'Turismo de Sevilla' comenzará la licitación de la contratación de la obra.
El jurado ha valorado que la propuesta ganadora, 'Paisaje Alfar', es sensible con la construcción que ya existe, pero que a su vez propone una integración de arquitectura contemporánea, utilizando elementos propios del Museo. Es una propuesta sensible y respetuosa con lo existente y lo contemporáneo. El jurado destaca también su funcionalidad y la viabilidad constructiva.
La propuesta arquitectónica que se ha alzado vencedora se organiza desde la puesta en valor del conjunto del edificio, conservando la totalidad de los elementos (hornos de cocción de cerámica, molinos y depósitos de pigmentos, talleres, almacenes, etc), que serán mostrados insertos en su contexto original. Los nuevos espacios adaptan su altura a la de los edificios existentes en el conjunto, no rebasando el nivel de planta primera, asomándose desde atrás, hacia la calle Antillano Campos.
En la planta baja, la exposición permanente se organiza como un recorrido continuo, a modo de paseo, entre los hornos del conjunto alfarero. La escuela taller, también en la planta baja, se desarrolla en la zona más interior del conjunto vinculada a la producción de la empresa Cerámica Santa Ana, que continuará su actividad de exposición y venta. Desde el recorrido por la planta baja puede visualizarse la actividad alfarera de la escuela-taller, otorgándole realidad a la visita al museo.
En la planta primera, dedicada a las exposiciones temporales y el centro de interpretación: habrá una biblioteca especializada y un centro de interpretación para el centro temático del itinerario turístico de Triana. También hay una sala multiusos, y un apartado para los usos administrativos, de dirección y centro de documentación y divulgación.
Esta propuesta, que ubica todo el espacio construido en el perímetro y sólo una planta encima de los hornos, permite contabilizar la estructura y cimentación de dicho trabajo con el máximo respeto a los trabajos arqueológicos.