ZARAGOZA 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por ecólogos españoles afirma que los jabalíes que viven en un "entorno artificial" como el del Valle del Ebro viven menos y se reproducen más rápido que los jabalíes del Pirineo. Esto se debe, según esta investigación, a la transformación del entorno que implica la presencia humana. La falta de refugios y la gran disponibilidad de alimento en los cultivos son el reflejo de cómo el ser humano influye en el paisaje y en la demografía y reproducción de diversas especies, como los jabalíes.
En el Pirineo aragonés la población de jabalíes vive en grandes superficies forestales sin fragmentación y con fuentes inconstantes de alimento, mientras que la del Valle medio del Ebro está en un agrosistema intensivo transformado por la mano del ser humano, caracterizada por tener sotos con poca superficie de refugio y gran cantidad de alimento, constituida fundamentalmente por cultivos.
Esto es lo que ha llevado al profesor de la Universidad de Alcalá (Madrid), Juan Herrero y a su equipo a realizar un estudio para comprobar que la presencia humana puede cambiar la demografía de una especie, estudio que ha sido publicado en la revista 'Acta Theriologica'.
Los investigadores contaron en su trabajo con la ayuda de cuadrillas de cazadores y con la financiación del Gobierno de Aragón. El equipo analizó las poblaciones de jabalíes en los Pirineos desde 1990 a 1993, y en el Valle del Ebro desde 1994 a 2006. "Los animales cazados nos han permitido deducir que la estructura y reproducción de las poblaciones dependen en gran medida de nosotros", señaló Herrero.
La disposición del alimento y los refugios existentes son los parámetros que en mayor medida influyen en la demografía de las poblaciones de este animal. En el Valle medio del Ebro hay pocas opciones de refugio y el alimento es abundante, por lo que los animales tienen una longevidad inferior (6 años) comparada a los jabalíes de los Pirineos (10 años).
Estos parámetros también determinan que la reproducción se adelanta en las zonas del Valle del Ebro, un año antes que las poblaciones que viven en el Pirineo. Además, "en las poblaciones que dependen de áreas de refugio que son muy pequeñas como en el valle del Ebro, la caza hace mella", añadió el científico.
En cambio, la caza no influye específicamente en la reproducción en el Valle del Ebro, pero sí lo hacen las condiciones en las que viven sus poblaciones de jabalíes, con escasas áreas de refugio, entre ellas la Reserva Natural de Los Galachos (Zaragoza), rodeadas de una matriz agrícola.
"Los animales se protegen en los sotos pero salen para alimentarse en los cultivos", apostilló Herrero. Aunque en la Reserva Natural de Los Galachos está especialmente prohibida la caza, los daños a la agricultura han impulsado que desde hace años se realicen controles poblacionales.
Como las áreas de refugio son escasos, "aunque se cacen pocos jabalíes, en conjunto la presión de la caza es grande", dijo el profesor de la Universidad de Alcalá.
La gran disponibilidad de alimento en el Valle medio del Ebro conlleva a "una situación muy excepcional para una población natural". Según el investigador, "parece totalmente artificial, como si les estuviéramos dando de comer sin limitaciones". A esto se añade la ausencia de refugios que impide que los animales eviten el encuentro con los cazadores modificando su crecimiento, productividad y esperanza de vida.
Aunque Aragón es el territorio español donde más jabalíes se matan durante la temporada de caza --cerca de 25.000 cada año-- y en Europa se cazan millones de ellos, las poblaciones parecen no disminuir.