ZARAGOZA 20 May. (EUROPA PRESS) -
El Grupo de Tecnologías de las Telecomunicaciones del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) participa en un proyecto de la Agencia Espacial Europea para evaluar los cambios cardiacos que se producen en el espacio en condiciones de microgravedad.
Según explicó el responsable del proyecto, Juan Pablo Martínez, en declaraciones a Europa Press, la ausencia de gravedad o microgravedad propia del entorno en el que viven los astronautas durante sus misiones produce cambios en el organismo como en la posición de los órganos, o la presión y dinámica de la sangre "que conviene evaluar para conocer el incremento del riesgo de muerte súbita y la forma de evitarlo".
No obstante, como realizar el experimento en el espacio sería muy costoso, además de "prácticamente imposible" porque nunca se cuenta con un grupo amplio de personas, los investigadores han demostrado que estar tumbado en la cama con una inclinación de seis grados, de forma que la cabeza esté más baja que los pies, somete al organismo a condiciones similares.
En esta premisa tiene su base el 'bed-rest experiment', en el que voluntarios sanos pasan un tiempo que puede ir desde una semana hasta cuatro meses en una cama con una inclinación de seis grados de forma que la cabeza está más baja que los pies.
La Agencia Espacial Europea (ESA) tiene previsto realizar varias campañas de experimentos 'bed-rest' durante 2009 en Alemania y Francia y, entre las investigaciones a realizar con esos datos, ha seleccionado la propuesta participada por investigadores del Grupo de Tecnologías de las Comunicaciones del I3A, la Universidad Politécnica de Milán y dos laboratorios franceses de fisiología.
El grupo de investigación aragonés aplicará técnicas avanzadas de procesado de señal para cuantificar los cambios en la electrofisiología cardiaca, en particular, de la repolarización; en los individuos sometidos a microgravedad durante un tiempo prolongado, y cuantificar su efecto en la predisposición a desarrollar arritmias.
Gracias a estas medidas, se podrá demostrar si la permanencia prolongada en microgravedad aumenta el riesgo de padecer arritmias potencialmente letales, y si los métodos que se proponen para compensar la microgravedad, como el ejercicio o la centrifugación, podrían reducir este riesgo.