Belloch tiene la "firme voluntad" de llegar al mayor consenso en la Ley de Capitalidad

El alcalde dice que en ocasiones "el consenso es una obligación porque es una necesidad. Nuestro tiempo es uno de esos momentos"

El alcalde de Zaragoza
Foto: EUROPA PRESS
Europa Press Aragón
Actualizado: jueves, 4 diciembre 2014 14:12

   ZARAGOZA, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -

   El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, ha anunciado que "tengo la firme voluntad de intensificar los trabajos para que desde el Ayuntamiento hagamos una propuesta con el mayor acuerdo posible sobre la Ley de capitalidad que garantice una financiación suficiente y estable de las competencias propias e impropias que desempeñamos".

   A su parecer, "nos queda poco tiempo hábil para intentar lograrlo, aunque debe reconocerse que es un inconveniente el hecho de que el Gobierno de Aragón haya aprobado el anteproyecto de ley al final de la legislatura". No obstante, ha abundado en su firme propósito de intentar llegar al consenso.

   Belloch ha reconocido que "no hemos logrado" todos los objetivos que se ha fijado el Gobierno de la ciudad y entre ellos ha citado la Ley de capitalidad para "terminar con la discriminación que Zaragoza sufre durante décadas, que recoja la singularidad de la capital en la que vivimos, al menos, el 55 por ciento de los aragoneses y que reconozca el esfuerzo que realiza la ciudad en la prestación de servicios al resto de la Comunidad autónoma".

   Otro objetivo que no ha podido realizar, "el que más lamento", es el cierre de la ciudad por el este, que hubiera supuesto una "gran transformación" de los barrios de Torrero, San José, Las Fuentes, Vadorrey y La Jota para aventurar que "lo tendrá que hacer el gobierno siguiente".

   En los seis meses que le restan de mandato, Belloch pretende "dar un impulso" a la transparencia y buen gobierno porque los ciudadanos "nos reclaman un ayuntamiento paredes de cristal como premisa para regenerar y recuperar el crédito institucional".

   Enfático ha asegurado que "no tenemos nada que ocultar" y ha añadido que también "estamos abiertos a mejorar la participación ciudadana" que ha descrito como un "músculo que se ejercita a diario, pero en el que probablemente y, no tardando mucho, se tendrá que llegar aún más lejos", en referencia a la regulación de iniciativas populares y a realizar consultas ciudadanas antes de decidir las prioridades de parte del presupuesto".

   Pero esa tarea, "ya es futuro" y también le competerá al próximo gobierno municipal, se ha desentendido.

HASTA EL ÚLTIMO DÍA

   "Voy a seguir ejerciendo como alcalde hasta el último día", ha recalcado Belloch en el que ha sido su octavo discurso como primer edil de Zaragoza y que no volverá a protagonizar puesto que no será candidato a la Alcaldía en las próximas elecciones municipales.

   En esos seis meses que le restan como alcalde, ha incidido en que seguirá con "antelación prioritaria hasta el final" la Ley de capitalidad porque "tiene una clara importancia para el futuro, sea cual fuere el próximo gobierno".

   También en este semestre se ha mostrado partidario de "consolidar nuestra alianza estratégica con la universidad pública, la Universidad de Zaragoza" y lo ha justificado porque la institución docente se encuentra "en un momento en el que está sometida a una evidente asfixia presupuestaria", por lo que la ciudad "debe sumarse a lo que hacen  otras ciudades europeas y darse cuenta de que la universidad es nuestro principal activo y motor para tener alguna posibilidad de éxito en la economía del conocimiento".

"NO HE SIDO ROCERO"

   En su balance de doce años como alcalde y dieciséis en el Consistorio zaragozano, Juan Alberto Belloch ha estimado que "probablemente no he sido el alcalde rocero que muchos ciudadanos hubieran querido" y ha reconocido que "muchos ciudadanos me han visto como un alcalde distante, aunque les aseguro que he querido ser una persona accesible, presto siempre a escuchar y aprender".

   Según Belloch, dada su edad --64 años-- "comprenderán que ya no puedo cambiar de forma de ser, probablemente determinado por mi formación de juez. Los jueces, en general, no solemos ser la alegría de la huerta, pero también tenemos a cambio alguna ventaja: no olvidar nunca nuestro rol de juez en el ejercicio de nuestras responsabilidades públicas".

   También ha querido dejar claro que "en todo caso, a lo que nunca  he renunciado es a la pasión por hacer ciudad, por atraer inversiones públicas y privadas para transformar nuestra ciudad en un tiempo récord, por consolidar a Zaragoza como una gran ciudad abierta a Europa, con unos servicios públicos de calidad y una sociedad comprometida y solidaria".

MÁS NECESARIO QUE NUNCA

   El alcalde ha observado que "no parece que estemos en tiempos propicios para la lírica del consenso político, pero yo --quizás porque sea un político inevitable y gozosamente chapado a la antigua-- creo que es precisamente el momento en que la confluencia política y social es más necesaria que nunca".

   El final de su discurso lo ha reservado para lanzar el consejo de la necesidad de consenso y como aval ha citado "el notable historial de grandes acuerdos alrededor de objetivos estratégicos de la ciudad".

   Tras apreciar que son tiempos de "crisis, desafección política" ha dicho que "tenemos que cambiar muchas cosas, tanto las referidas a algunos modos de gobierno, como a algunos fines, tanto las referidas a viejos clichés como a ese culto a la inmediatez y la tendencia a cierto populismo que parece instalado en la vida pública".

   Belloch ha apremiado a intentar alcanzar consensos porque "resulta absolutamente incomprensible e intelectualmente inaceptable, que no seamos capaces de encontrar puntos en común entre todas las fuerzas políticas, cuando, en teoría, el servicio público y a la comunidad es el objetivo común de todos nosotros".

   Tras esta exposición, el alcalde ha augurado que el futuro "será mejor para todos si se producen determinados consensos, especialmente los que reclama la ciudadanía antes de la crisis".

   Incisivo en su deseo de llegar a acuerdos ha remarcado que "creo que debería ser posible encontrar grandes objetivos compartidos por amplias mayorías que le devuelvan a la ciudad y a los ciudadanos la esperanza de que un futuro mejor es posible" y a esa tarea "debemos aplicarnos".

   Para Belloch, en determinadas ocasiones "el consenso es una obligación porque es una necesidad. Nuestro tiempo es uno de esos momentos".

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