CHA ve "un escándalo" que se gasten 47 millones más en que la ladera de Yesa no se venga abajo

La secretaria territorial de CHA-Alto Aragón, Verónica Villagrasa.
La secretaria territorial de CHA-Alto Aragón, Verónica Villagrasa. - CHA
Europa Press Aragón
Publicado: martes, 6 mayo 2025 18:16

ZARAGOZA 6 May. (EUROPA PRESS) -

La secretaria territorial de CHA-Alto Aragón, Verónica Villagrasa, ha calificado como un "escándalo" que se hayan gastado otros 47 millones de euros en estabilizar una ladera del embalse de Yesa que "hace muchos años los representantes políticos del Gobierno de España aseguraban que estaba estabilizada" y ha asegurado que el recrecimiento del pantano es "un pozo sin fondo" con "dinero de todos".

Así, la representante aragonesista ha afeado al Gobierno central que "en vez de admitir la realidad ante un proyecto insostenible desde cualquier punto de vista" --económico, de seguridad, medioambiental o de ordenación territorial--, "cada cierto tiempo aprueba un modificado y la lluvia de millones y el despilfarro prosiguen".

Villagrasa ha considerado que el recrecimiento de Yesa es de esas obras que, "pese a venderse como imprescindibles, van pasando los años y no se acaban", ya que empezaron en 2001 con un plazo de ejecución de cinco años y ahora se habla de su finalización en 2030.

En sus palabras, "solo unos de los actores presuntamente beneficiados han cumplido su objetivo de sobra" y son "las constructoras que llevan a cabo los diferentes modificados".

"¿Por qué hemos de creer ahora, después de tantas mentiras, tanta manipulación, y tanto despilfarro, que con este cuarto modificado se conseguirá la estabilización de la ladera derecha de la presa y se podrá llenar completamente el embalse?", se ha preguntado.

Villagrasa ha concluido subrayando que "la realidad del recrecimiento de Yesa son los ya casi 500 millones de euros despilfarrados", una cifra que cuadruplica el presupuesto inicial, mientras que el tiempo de ejecución de las obras quintuplica el previsto en un principio.

Todo ello, en su opinión, "obligaría a paralizar las obras de forma inmediata y definitiva para cesar al director de las obras" y "para que tuviera lugar la dimisión de todos los responsables políticos que han permitido este sinsentido". Del mismo modo, obligaría a apostar "por el principio de prudencia, la valentía y la racionalidad, frente a la irresponsabilidad, la cobardía y el sinsentido".

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