La CHE publica el informe sobre el control de plaguicidas en las aguas superficiales de la cuenca a lo largo de 2024

Plaguicidas en la Cuenca del Ebro.
Plaguicidas en la Cuenca del Ebro. - CHE
Europa Press Aragón
Publicado: martes, 23 diciembre 2025 17:03

ZARAGOZA 23 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha publicado el Informe Anual 2024 de la Red de Control de Plaguicidas. En él se recogen los resultados del seguimiento específico de los plaguicidas en las aguas superficiales de la Cuenca del Ebro, indicadores --junto con los nitratos y fosfatos-- de la contaminación difusa de las aguas originada en actividades agrícolas.

Un número importante de plaguicidas están tipificados como sustancias peligrosas, por su persistencia, bioacumulación y toxicidad. La normativa europea establece unas Normas de Calidad Ambiental (NCA), donde se fijan concentraciones máximas y medias de no riesgo en las aguas, en aras de la protección de la salud humana y del medio ambiente. Esta regulación se complementa con otra específica, establecida por el Ministerio, para las cuencas españolas.

En el informe se incluyen los resultados obtenidos en la Red de Control de Plaguicidas, conformada por 39 puntos de control ubicados en los tramos de río que recogen los retornos de las principales zonas agrícolas, antes de su desembocadura en el río principal, estableciéndose también algunos puntos en el Ebro. Más allá de los resultados de esta red específica, se incluyen resultados de los controles de plaguicidas en otros puntos de la cuenca donde también se muestrean, con especial hincapié en aquellos ubicados en tramos de río de los que se toman aguas destinadas al abastecimiento de población.

En la Red de Control de Plaguicidas se tomaron 350 muestras en los 39 puntos de control, analizando 52 plaguicidas distintos, suponiendo más de 17.200 determinaciones. La mayoría de las muestras se analizaron en el Laboratorio de Calidad de Aguas de la Confederación, que cuenta con acreditación de ENAC. Los 31 plaguicidas detectados son el Metolacloro (78,6 % del total de muestras), Glifosato (77,1 %), su producto de degradación AMPA (80 %) y Terbutrina (39,7 %). Se observó, además, una disminución en las concentraciones de Atrazina, Diurón, Simazina, Terbutilazina y Desetilatrazina respecto al año anterior.

Asimismo, en 27 puntos de muestreo, se constató superación de las NCA (Normas de Calidad Ambiental) de una o más sustancias. Destaca el Glifosato como sustancia con mayor frecuencia de incumplimiento por superación de las NCA, y de su producto de degradación denominado AMPA, apareciendo, en menor medida, el plaguicida Imidacloprid.

En la red de control operativo de la cuenca, en la que también se analizaron con mayor o menor frecuencia plaguicidas, se obtuvieron superaciones de las NCA en 25 puntos de muestreo distintos. Destaca el Glifosato (y, en su caso, su producto de degradación AMPA), y en menor medida la Cipermetrina.

De los 28 puntos de muestreo de aguas superficiales destinadas al abastecimiento de población, en 22 fueron detectados uno o más plaguicidas. En 14 de ellos se superó el valor indicativo establecido para plaguicidas en la normativa de aguas de consumo humano (agua una vez tratada), siendo de nuevo el Glifosato (y, en su caso, su producto de degradación AMPA) el mayor causante de estas superaciones.

La normativa de aguas de consumo ha de ser cumplida en el agua del grifo, que lleva un tratamiento previo, y no en las aguas superficiales donde se capta. En el informe elaborado se incluyen mapas de la cuenca del Ebro en los que se muestran los puntos controlados y los resultados obtenidos, así como mapas particularizados para cada una de las Juntas de explotación de la cuenca.

La normalización de los análisis de Glifosato, y de su producto de degradación AMPA, ha puesto de relieve la afección que está suponiendo el uso extenso de este herbicida, en la calidad de las aguas de la cuenca del Ebro en general.

El informe ha sido enviado a numerosos agentes que intervienen en materia agropecuaria. En él se propone la adopción por parte de los agricultores de medidas de uso sostenible de plaguicidas, reduciendo en lo posible su aplicación en superficies muy permeables y a menos de 5 metros de los cauces. Se debe efectuar un especial hincapié en el uso de los insecticidas Clorpirifós, Dicofol e Imidacloprid, y de los herbicidas Glifosato, Terbutrina, Metolacloro, Terbutilazina y Oxadiazón.

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