ZARAGOZA 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Colegio de Geógrafos en Aragón ha pedido, tras las crecidas y desbordamientos ocurridos esta semana en algunos ríos del Pirineo aragonés y leridano, que las Administraciones públicas utilicen las herramientas de ordenación del territorio disponibles y "generen un modelo más sostenible y racional de ocupación del territorio", evitando la urbanización en zonas inundables.
En un comunicado, han subrayado que hay que ser "especialmente escrupulosos con las zonas afectadas por riesgos naturales" y, en este sentido, han estimado que el actual proceso de revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Benasque, una de las zonas más dañadas por la crecida de esta semana del río Ésera, "es una magnífica ocasión para poder adoptar medidas sensatas en este sentido".
El colegio ha argumentado que las crecidas han puesto de manifiesto "la deficiente ordenación del territorio que se da, de forma especial, en espacios fluviales, generando un riesgo evidente", que "aumenta cuanto mayor es la exposición que crece conforme más bienes se instalan en zonas problemáticas".
Al respecto, ha afirmado que "la presencia de 'refugios', pistas polideportivas, campings, depósitos de gas o, en su versión más extrema, hasta urbanizaciones de reciente construcción en zonas muy cercanas a los cauces, son un claro ejemplo de estas deficiencias en materia de ordenación".
En este sentido, ha apuntado que la "presión urbanística" sobre los fondos fluviales "es especialmente destacable en estas cuencas pirenaicas" porque "la escasez de terreno apto para ser urbanizable hace que cada vez más se tienda a invadir las zonas inundables" y "no debe olvidarse nunca que el riesgo cero no existe".
UNA EXCUSA
El Colegio de Geógrafos en Aragón ha opinado que la alusión a diferentes acciones sobre los cauces, como la gestión hidráulica en la laminación de crecidas o la limpieza de cauces, tienen "una incidencia inapreciable ante eventos de esta magnitud" y "no dejan de ser una excusa para eludir lo ineludible".
Así, han asegurado, "ante situaciones tan extremas como las sucedidas los días pasados, la mejor y más efectiva actuación es el principio de precaución previa".
Además, tras afirmar que atendiendo a datos históricos estos eventos no son inhabituales y se tienen referencias históricas de crecidas similares en las décadas de los 60 y de los 80 del siglo pasado, la magnitud y extensión de los daños "supone, por contradictorio que parezca, una oportunidad para los gestores encargados de estas labores".
Según el Colegio, la Confederación Hidrográfica del Ebro, el Gobierno de Aragón, las comarcas y los ayuntamientos "no deben incurrir una vez más en los mismos errores" y "la sociedad no debe ampararse en la sensación de falsa seguridad que propician embalses o costosas defensas adosadas a los cauces menores de los ríos", sino que hay que "cambiar el modelo".