El grupo de investigación Murero de la UZ encuentra nuevas especies de primitivos equinodermos del Cámbrico

Europa Press Aragón
Actualizado: viernes, 5 junio 2009 19:51

MURERO (ZARAGOZA), 5 (EUROPA PRESS)

El grupo de investigación Murero de la Universidad de Zaragoza acaba de publicar en la revista internacional 'Acta Palaeontológica Polonica' el hallazgo de unos nuevos fósiles de equinodermos eocrinoideos del Cámbrico de España, en el yacimiento BIC (Bien de Interés Cultural) de Murero, en la provincia de Zaragoza.

Según explica este grupo de investigadores en una nota de prensa, los equinodermos son uno de los tipos de animales invertebrados actuales e incluyen, entre otros, erizos y estrellas de mar. Sus primeros representantes poblaron los mares cámbricos hace 530 millones de años "y hasta ahora se sabía muy poco sobre ellos", apuntan.

Los eocrinoideos son un grupo extinto de equinodermos y sus fósiles son "extremadamente raros" en el Cámbrico de todo el mundo, de ahí la importancia internacional de los nuevos hallazgos.

Estos fósiles, presentaban una estructura anatómica única, aunque semejante a los crinoideos actuales. Su característica más sobresaliente era la enorme corona de brazos flexibles dispuestos hacia arriba para captar partículas alimenticias y llevarlas hacia la boca, situada en el centro de un cuerpo globoso y lleno de poros destinados a la respiración.

Se han reconocido ahora dos especies distintas y en un estado de conservación "excelente". La nueva especie 'Gogia parsleyi' representa el primer eocrinoideo descrito en el Cámbrico de Aragón y sus ejemplares proceden de la Formación Murero en el Parque Natural del Moncayo.

'Gogia sp.' representa otra especie nueva, aún en estudio, que procede del famoso yacimiento de Murero. Estos fósiles serán de gran ayuda para reconstruir cómo era la comunidad de organismos que poblaron los mares de Murero y aportan nuevos datos sobre la explosión de diversidad del Cámbrico, señalan los investigadores.

Estos eocrinoideos vivían en fondos fangosos y para no hundirse se fijaban a trozos de trilobites. Los nuevos ejemplares podrán verse pronto expuestos en la Sala Lucas Mallada del Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza.

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