Víctor Juan ensalza el valor "homérico" de la Feria del Libro Aragonés de Monzón (Huesca)

Víctor Juan, junto al monolito inaugurado en la XXXI Feria del Libro Aragonés de Monzón junto a la teniente de Alcalde, Marta Montaner, el concejal de Ferias, Jairo Sánchez y el diputado de la DPH, Carlos Sampériz, entre otros.
Víctor Juan, junto al monolito inaugurado en la XXXI Feria del Libro Aragonés de Monzón junto a la teniente de Alcalde, Marta Montaner, el concejal de Ferias, Jairo Sánchez y el diputado de la DPH, Carlos Sampériz, entre otros. - AYUNTAMIENTO DE MONZÓN
Europa Press Aragón
Actualizado: sábado, 6 diciembre 2025 20:38

El escritor zaragozano ha dado lectura al pregón de la XXXI edición y ha descubierto un monolito en el Paseo de las Letras Aragonesas

MONZÓN (HUESCA), 6 (EUROPA PRESS)

El escritor aragonés Víctor Juan ha alabado el esfuerzo "extraordinario y homérico" que supone la organización cada año de la Feria del Libro Aragonés de Monzón (Huesca), un proyecto que ha recordado nació del "sueño" y la "determinación" de quienes sacaron adelante una feria dedicada a los libros editados en Aragón, a sus autores y sus editoriales, y de quienes luego "han arrimado el hombro" en esta empresa.

El zaragozano ha sido el encargado de dar lectura al pregón de la Feria, en el que ha traído a la memoria la pasión de Joaquín Costa por los libros, piezas de deseo para el ilustre montisonense de las que Víctor Juan ha destacado su belleza y trascendencia.

"Los libros nos acompañan, nos ayudan a crear un oasis en el que reposar, un balneario para restañar las heridas, un diván para dialogar con nosotros mismos, un confesionario en el que soltar el lastre de nuestras penas, un espejo en el que mirarnos y reconocernos", ha trasladado a los asistentes al acto inaugural en el Pabellón Joaquín Saludas, que ha contado con la presencia de la teniente de Alcalde, Marta Montaner Durán; el diputado de la DPH Carlos Sampériz; el concejal de Ferias, Jairo Sánchez y la directora de la Feria, Olga Asensio.

Víctor Juan ha agradecido a quienes contribuyen a dar cuerpo a esa estampa de un Monzón lleno de gentes con libros en las manos: "Siempre se dirá que hay un lugar en Aragón en donde las gentes se reúnen alrededor de los libros y pasean por las calles con libros en la mano, conversan y se reencuentran junto a la luz de los libros y al calor de las palabras".

La ciudad montisonense se convierte así hasta el próximo lunes 8 de diciembre en la capital cultural de Aragón con la presencia de editoriales, autoeditores, escritores y lectores que disfrutan de la fiesta de las letras aragonesas.

Por su parte, el concejal Jairo Sánchez ha destacado el "mucho trabajo" que hay detrás para que la feria cada año abra sus puertas a las editoriales, escritores y lectores que asisten a una programación completa durante tres días con múltiples y variadas presentaciones. "Espero que se realicen muchas ventas e invito a todos a acudir a la Feria, donde encontrarán un libro que se ajuste a sus gustos o el regalo para estas fechas".

Una edición que, ha confiado que sea la última fuera de la Azucarera. Desde hace 5 años, Olga Asensio es la directora de la FLA. Ella ha querido recordar "la apuesta que hacen las editoriales por venir cada año y más en los últimos años donde ha habido dificultades en el sector. A pesar de ello, siempre trabajan para estar aquí y dar a conocer las novedades aragonesas en esta cita clásica, pero que cada año esperamos sus presentaciones y últimas publicaciones".

En representación de la Diputación de Huesca, el diputado Carlos Sampériz ha reconocido "el trabajo que realiza Monzón con esta feria que reivindica la cultura desde Huesca a toda la comunidad aragonesa, un proyecto que visibiliza las letras aragonesas".

Tras el pregón, Víctor Juan ha descubierto su monolito en el Paseo de las Letras Aragonesas. En esta ocasión, el escultor Fermín de Bedoya es el autor de la pieza que simboliza la literatura como la luz que nos guía en la construcción de nuestra sociedad.

El monolito tiene una vela erguida sobre la que ejerce un libro como llama, mientras que una gota de tinta baja para encontrarse con tres plumas que representan a Huesca, Zaragoza y Teruel. Y el asa es una A de Aragón en un homenaje a los escritores, editores y lectores aragoneses.

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