ATECA (ZARAGOZA), 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Salón de Plenos del Ayuntamiento zaragozano de Ateca acoge esta tarde la primera de las diez conferencias que comprende el ciclo organizado por la Sociedad del Ateneo 14 de abril, y apoyada por otros representantes de partidos políticos e independientes de Ateca, para conmemorar el 75 aniversario de la República.
La lección inaugural será pronunciada por el presidente de la Diputación de Zaragoza, Javier Lambán, también en su calidad de historiador y conocedor de esta etapa de la historia de España, poco estudiada y mantenida en la sombra.
El ciclo de charlas y otros actos conmemorativos se celebrarán hasta el verano y su presentación hoy correrá a cargo de dos miembros del Ateneo 14 de abril, el bilbilitano, Antonio Martínez y el atecano, Ramón Cristóbal.
Para Lambán, "es justo y saludable rendir un homenaje a la generación de 1936 y rescatarlos del olvido a tantos hombres y mujeres al que los condenaron quienes previamente les arrebataron su vecindad, su patrimonio, su libertad o --con demasiada frecuencia-- su vida. Se trata, en definitiva, de ganar para ellos la batalla de la memoria, frente a sus verdugos de hace setenta años y frente a los epígonos actuales de éstos, tanto a los declarados como a los que --aún sin reconocerlo-- actúan como tales".
Muchos vieron en la República "no sólo al régimen capaz de asegurar la modernización del sistema político, sino también la fórmula idónea para modernizar la sociedad y la economía española con medidas, por ejemplo, que transformaran el mercado de trabajo en el conjunto del país o la naturaleza de las relaciones laborales, que racionalizara la propiedad de la tierra, que construyera una estructura educativa más acorde con sus aspiraciones transformadoras y otras que, en definitiva, terminara por configurar una España moderna", indican desde la DPZ.
Pero muchos entendidos en esta época resaltan la vinculación mayoritaria de los republicanos a los ayuntamientos. El hecho de que muchos de ellos fueran alcaldes y concejales de sus pueblos puede ser reivindicativo de cómo quienes tuvieron vocación reformadora vieron en las instituciones locales una buena plataforma desde la que ayudar en la aplicación de la legislación republicana.
Fue allí donde estos republicanos experimentaron la enorme resistencia de los sectores sociales más reacios al proceso de modernización. Conocer bien los años de la Segunda República requiere estudiar el poder local, principal lugar en el que el contraste de intereses y comportamientos puede percibirse.
Los años de la República han sido oscuros. En Aragón, existen escasos trabajos de entidad sobre esta etapa histórica y en general existen muy pocos reconocimientos sociales a los hombres y mujeres que protagonizaron ese periodo, lo que se traduce en un escaso número de calles y plazas que en toda la Comunidad Autónoma ostentan nombres de más o menos significados republicanos.
A este respecto, Lambán es contundente: "Comparto la convicción de que un país sólo puede organizar la convivencia pacífica y libre de los ciudadanos si parte de un consenso básico en torno a su razón de ser y a sus aspiraciones colectivas. Pero ello sólo es posible si tiene establecido un consenso básico sobre su historia; si es capaz de mirarla sin dogmatismo pero con respeto, autocríticamente pero sin renunciar a un orgullo legítimo; si tiene claro que el cinismo aplicado a la interpretación del pasado es de la misma naturaleza que el que, convertido en conducta política, corrompe la raíz misma de la democracia y si asume, en consecuencia, que ser condescendiente con el primero acarrea la responsabilidad irremediable de ser cómplice del otro".
