Zaragoza.- La localidad de Nigüella estrena su nuevo Ayuntamiento con una inversión de 300.000 euros

Actualizado: jueves, 23 agosto 2007 16:20

ZARAGOZA, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -

La localidad zaragozana de Nigüella ha estrenado su nueva Casa Consistorial, tras realizar una inversión de 300.000 euros, informan en una nota.

Cuando el actual alcalde de Nigüella, Luis Brusil, llegó en el año 2003 a la Alcaldía, anunció que en cuatro años el pueblo contaría con otro Ayuntamiento, un lugar al que los vecinos pudieran acceder y sentirse como en casa.

"Dicho y hecho", indicann desde CHA. "A lo largo del año 2003 el ayuntamiento de Nigüella (CHA) derribó el viejo edificio, un inmueble de seis alturas con 46 metros por planta y graves problemas de accesibilidad, y compró un solar colindante, lo que ha permitido levantar un edificio de dos plantas de 139,29 metros cada una con un torreón central".

"Las obras han sido difíciles; más si tenemos en cuenta lo que supone para un municipio de poco más de 100 personas una inversión de 300.000 euros", explica Luis Brusil, quien finalmente lo ha conseguido y el pasado fin de semana, en un acto al que acudieron entre otros el vicepresidente cuarto de DPZ, José Antonio Acero, cortó las cintas de lo que es la nueva casa consistorial.

El nuevo ayuntamiento albergará, junto a todas las dependencias municipales, un salón de actos con pantalla audiovisual, el consultorio médico, el servicio social de base, un local para las asociaciones municipales y un espacio para el banco.

"Hemos conseguido algo muy importante para un municipio como Nigüella: por una lado hemos centralizado los servicios más importantes en un espacio mucho más cómodo y por otro se moderniza el pueblo. Antiguamente cada cosa estaba en un sitio y no sólo eso, sino que los espacios estaban muy degradados. En cuanto al viejo ayuntamiento su estado era lamentable". Ahora, mirando el nuevo Ayuntamiento, Luis olvida todos los malos momentos: retrasos en las obras debido al mal tiempo y a problemas de accesibilidad, operarios que no acudían, plazos que había que cumplir. "Han sido días sin dormir, pero sin duda ha merecido la pena", señala.