El acusado de matar a un hombre en el pub Hipnosis dice que se defendió de los palos que le estaban dando

"Fue directamente al pecho, fue a estucar", afirma el dueño del pub que intentó evitar la agresión

Europa Press Asturias
Actualizado: martes, 6 octubre 2009 20:20

GIJÓN, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

El imputado por la muerte de Juan Peralvo, que falleció tras ser apuñalado en el pub Hipnosis el pasado año, aseguró hoy, durante el juicio, que "nunca" tuvo intención de matar a la víctima y "menos por una discusión por nada", dijo. El acusado, J.I.P.A., reconoció que haber vuelto al local después de que el dueño del pub y Peralvo lo hubieran echado de allí, pero adujo que actuó en legítima defensa al golpearle.

A este respecto, el imputado, que sólo aceptó ser interrogado por su abogado, Sergio Herrero, explicó que ese día lo había pasado junto a su familia y que a última hora de la tarde llegaron al pub Hipnosis donde, según él, le compró cocaína al dueño del local y a Peralvo, que actuaba, de acuerdo a su declaración, como "matón" del primero.

Asimismo, relató que se puso a jugar al billar con su familia y que tal vez levantaran "algo la voz" al empezar a discutir "por nada importante", indicó. Esto provocó que el dueño del pub y la víctima le echaran del establecimiento.

Tras este episodio, el imputado se fue y empezó a consumir cocaína. "No sé lo que pasó", apuntó. "Me empecé a comer la cabeza y me descontrolé", dijo antes de añadir que le empezó "a subir la rabia" y volvió al pub.

A su llegada al local, el acusado dijo haber retado a los dos hombres que le habían echado, los cuales, según su versión, cogieron un taburete el dueño y un palo de billar y un bate corto que había detrás de la barra el otro. "Vinieron del otro lado del bar y empezó la pelea", apuntó. "A mí me dieron muchos palos", afirmó antes de explicar que recibió golpes en el brazo, la espalda y la cabeza.

Según su relato, de repente oyó a Peralvo decir que le había pinchado y pararon los palos. No obstante, señaló que la víctima seguía erguida y "no tenía mal color", por lo que no pensó que la puñalada fuera mortal. El imputado declaró también que ese día había estado bebiendo sidra toda la tarde.

En la vista oral también estaban citadas a declarar la mujer, la madre y la hermana del imputado, que se acogieron a su derecho a no testificar por el grado de parentesco que les une con el procesado. Sus testimonios hechos ante la Policía fueron declarados nulos al no advertirles de este derecho.

DECLARACIÓN DUEÑO DEL PUB

Quien sí declaró fue el dueño del pub, quien sufre según la acusación pública y particular de secuelas psicológicas desde el día de los hechos. Éste negó que vendiera droga y que la víctima fuera su "matón" y repitió una y otra vez que no entendía la muerte de Peralvo, al que conocía desde hace 15 años al ser cliente habitual y quien le había hecho algunos trabajos de pintura en alguna ocasión.

Para este testigo, el acusado hablaba "perfectamente" y no tenía síntomas de estar bebido o drogado. Asimismo, señaló que iba habitualmente por su bar y que siempre se comportaba "un poco déspota y chulo".

El dueño del pub salió de la barra cuando oyó que alguien gritaba que estaban pegando a una mujer -la hermana del imputado-- y cuando llegó al billar vio que Peralvo estaba sujetando al acusado, con el que discutía. Ante esta situación, pidió a su amigo que soltara al imputado y conminó a este último a que se marchara, algo que hizo en compañía de su hija de cinco años y su mujer. Según le relató ésta, a ella también le dio un bofetón el acusado.

Según el propietario del pub, la víctima le increpó al acusado que hubiera pegado a su hermana y le dijo que o se estaba quieto o se iba "a la puta calle". Al separarlos, el imputado le pidió al dueño que advirtiera a la víctima que le iba a "reventar".

UN HOMBRE "NOBLE"

Por otro lado, definió a la víctima como un hombre "noble" que no se metía en peleas. "Lo único que hizo es lo que haría cualquier persona cuando ve que pegan a una mujer", destacó. El testigo relató que estaba aconsejando a Peralvo que en líos de familia era mejor no meterse cuando de repente volvió el acusado con el cuchillo, retando a la víctima. "Le jodió que Juanín le parara los pies", dijo.

El hombre intentó interponerse entre ambos y cogió un taburete, pero al hacerle un ademán con el cuchillo reculó y cayó al suelo. Al momento vio cómo apuñalaba a su amigo. "Fue directamente al pecho, fue a estucar", explicó. Tras el suceso el imputado salió corriendo mientras que la víctima dio unos pasos hacia delante antes de caer al suelo.

Pese a taponarle la herida hasta que llegó la ambulancia, la víctima falleció después al romperle dos costillas y atravesarle la puñalada el pulmón izquierdo. "José, el Sporting a Primera", fue lo último que le dijo la víctima antes de que se lo llevara la ambulancia.

Para él, la ambulancia tardó "un abismo" en llegar aunque le contaron que sólo fueron siete minutos. El hombre dijo desconocer si se hubiera salvado de haber llegado antes el servicio de emergencia. La muerte violenta de Peralvo le obligó a someterse a tratamiento psicológico, del que aún tiene secuelas por estrés postraumático. "Me cambió el humor", señaló antes de decir que vive con ansiedad y que estuvo a punto de cerrar el bar.

El testimonio del dueño del pub contradijo el del primo del imputado, quien relató que en cuanto llegó al bar se fue al baño Y estuvo allí un buen rato. Luego salió, vio un bulto tirado en el suelo y se marchó porque no quería problemas. Según él, el Hipnosis era "un sitio de mal ambiente", con alusión a la venta de drogas.

El primo indicó que no había visto "nada" en el pub y cambió varias veces de versión sobre lo que había bebido el acusado. Frente a esta declaración, el propietario del pub aseguró que el primo estaba presente cuando el acusado pegó a su mujer y hermana y que aún continuaba en el local, jugando al billar, cuando regresó el imputado con el cuchillo.

Por su parte, los cuatro hermanos que sobreviven a la víctima rechazaron que fuera un hombre violento y atribuyeron la muerte de su padre, un mes después de los hechos, al asesinato de la víctima.

Según el fiscal, los hechos tuvieron lugar la noche del 8 de junio de 2008, cuando la víctima salió en defensa de la mujer y hermana del acusado, a las que éste había agredido.

Tras echarle del pub, el hombre fue a casa de su madre que vivía cerca y regresó con un cuchillo de unos 20 centímetros de largo de hoja por ocho de ancho, que no se encontró posteriormente. El imputado, que cuando iba a ser detenido cambió su identidad para no ser arrestado según la Fiscalía, apuñaló a la víctima sin que pudiera defenderse.

Por estos hechos, pide una pena de 17 años de cárcel para el acusado por un delito de asesinato y un año de prisión por uno de lesiones, al empujar al dueño del pub que intentó disuadirle de su acción. También pide una indemnización de 8.268,56 euros para cada uno de los cuatro hermanos de Peralvo y otra de 7.020 euros para el propietario del bar.

Por su parte, la acusación particular eleva a 20 años la pena por el asesinato y a cinco la de lesiones, así como la indemnización para los hermanos a 90.000 euros para cada uno. El abogado del dueño del pub, por su lado, solicita 18 años y medio de cárcel por el asesinato y dos años por el de lesiones. Además, pide idéntica indemnización que el fiscal para los hermanos de la víctima y eleva la de su cliente a 8.580 euros.

En cuanto a la defensa, pide la libre absolución al alegar legítima defensa. El juicio continuará mañana, a las 10.30 horas, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón.

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