El Arzobispo Sanz Montes agradece al Papa señalar a los seminaristas de Oviedo como nuevos beatos

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ARZOBISPADO DE OVIEDO
Publicado: sábado, 9 marzo 2019 17:32

OVIEDO, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha mostrado este sábado su "profundo agradecimiento al Santo Padre, el Papa Francisco, por haber señalado a estos hermanos seminaristas como nuevos beatos, que nos recuerdan la llamada a la santidad que se vive en la vida ordinaria que nos toca en suerte cada día".

Así lo ha dicho tras la ceremonia que tuvo lugar en la Catedral de Oviedo para la beatificación de Ángel Cuartas Cristóbal y ocho compañeros mártires, todos ellos seminaristas, que fueron asesinados "por odio a la fe" en el periodo comprendido entre 1934 y 1937, teniendo el mayor 25 años y el más joven, 18.

Además, quiso tener un recuerdo especial a los seminarios de la Provincia Eclesiástica -Oviedo, Astorga, León y Santander-, encomendando "a estos nuevos beatos el presente y el futuro de nuestros centros de formación sacerdotal". Asimismo, extendió su felicitación "a nuestro Presbiterio diocesano, que durante tantas generaciones ha tenido viva la memoria de estos seminaristas mártires. Que su intercesión redunde en una renovación gozosa y serena de nuestro sacerdocio".

La ceremonia ha estado presidida por el cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y concelebrada por el Cardenal Arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez Pérez, y el Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.

También estuvieron presentes el Arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez González; el Obispo de Sigüenza- Guadalajara, Atilano Rodríguez Martínez; el Obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez Fernández; el Obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge; el Obispo de Orense, José Leonardo Lemos Montanet; el Obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino; y el Obispo auxiliar de Santiago de Compostela, Jesús Fernández González.

En una ceremonia con cerca de 2.000 personas, según indican desde el Arzobispado en nota de prensa, "al comenzar el rito de beatificación, entraron en procesión las reliquias de los nuevos beatos, introducidas en la Caja de las Ágatas -un relicario del siglo X que se conserva en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo-, portadas por el diácono Miguel Ángel Bueno y acompañadas de un grupo de seminaristas, con ramas de laurel y lámparas".

El cardenal Angelo Becciu recordó en su homilía que estos nueve jóvenes seminaristas de la Archidiócesis de Oviedo "estaban convencidos de su vocación al sacerdocio ministerial, comprometidos sinceramente en un camino formativo para convertirse en fieles servidores del Evangelio".

"Siempre se mostraron decididos a seguir la llamada de Jesús, a pesar del clima de intolerancia religiosa, siendo conscientes de las insidias y de los peligros a los que se enfrentarían. Supieron perseverar con particular fortaleza hasta el último instante de sus vidas, sin negar su identidad de clérigos en formación", apuntó.

Además, dijo que esa identidad de clérigos "equivalía a una sentencia de muerte, que podía ejecutarse inmediatamente o ser retrasada, si bien no había ninguna duda sobre el destino que esperaba a los seminaristas una vez que habían sido identificados. Por lo tanto, cada uno de ellos, conscientemente, ofreció su vida por Cristo en las circunstancias trágicas ocurridas durante la persecución religiosa de los años treinta del siglo pasado".

También quiso recordar el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos que estos jóvenes procedían "de familias cristianas sencillas y de una clase social humilde, hijos de la tierra de Asturias".

"Ellos nos recuerdan que el amor por Cristo prevalece sobre cualquier otra opción y que la coherencia de vida puede llevar incluso a la muerte", remarcó.

Finalmente el cardenal Angelo Becciu manifestó que se necesitan "sacerdotes, personas consagradas, pastores generosos, como estos mártires de Oviedo". "Necesitamos sacerdotes honestos e irreprensibles que lleven las almas a Dios y no causen sufrimiento a la Iglesia ni turbación al pueblo de Dios", afirmó.

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