Caso 'Pipol'.- Trashorras niega su relación con la venta de explosivos y drogas

Actualizado: miércoles, 25 octubre 2006 14:22

El ex minero asturiano dice que 'Nayo' fue la moneda de cambio para sacar a Antonio Toro Castro de prisión

El imputado en el 11-M niega haber tenido acceso a la dinamita en la mina donde trabajó y que compartiera el garaje con su cuñado

GIJÓN, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -

El principal imputado de la trama asturiana de dinamita del 11-M, José Emilio Suárez Trashorras, negó hoy en Gijón cualquier vinculación con la venta de explosivos o drogas y aseguró que José Ignacio Fernández Díaz 'Nayo' fue "la moneda de cambio" para sacar a su cuñado, Antonio Toro Castro --acusado también en ambos procesos-- de la cárcel. Así lo dijo a preguntas de su abogado durante la tercera jornada del macrojuicio por el caso 'Pípol' que se juzga desde el pasado lunes en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón.

Esposado y flanqueado por dos agentes de Policía, Suárez Trashorras prestó declaración sólo ante su abogado, Gerardo Turiel, quien protestó por la vulneración de derechos de su defendido al no permitirle declarar sin las esposas. Turiel incidió además en que en la Sala había 16 miembros de las Fuerzas Armadas, ante un hipotético recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

El fiscal, que formuló igualmente sus preguntas, pide en esta ocasión para el minero asturiano un total de 17 años de cárcel y una multa de 218.000 euros por tráfico de estupefacientes y tenencia y venta de explosivos.

Suárez Trashorras aseguró que trabajó en mina Conchita hasta el año 2000 y que no tenía acceso a explosivos, ya que era un ayudante. "Es lo mismo que comparar una limpiadora de este Juzgado que dictara sentencia por el caso Pípol", ejemplificó el imputado.

Respecto al alquiler de un vehículo en Avilés, Suárez Trashorras explicó que había tenido un accidente con su coche y alquiló uno, que su cuñado le pidió a cambio de prestarle el de su madre, como en otras ocasiones. El acusado negó conocer para qué quería el coche Toro Castro. Según el fiscal, ese coche fue utilizado para transportar drogas.

En cuanto a la plaza de garaje en la que estaba la dinamita, que según Toro Castro la compartida con su cuñado y el 'Nayo', Suárez Trashorras desmintió tal circunstancia. El imputado dijo que no tenía necesidad de compartir "nada con nadie" porque su piso estaba a 50 metros y que tiene su propia plaza de garaje con trastero.

Además, indicó que sus padres tienen 6 plazas más de garaje y varias propiedades cerca, y negó incluso tener las llaves del garaje donde fue encontrada la dinamita y el hachís. "Me engañó mi cuñado y mi mujer", dijo con alusión a la actividad delictiva de Toro Castro.

Por otro lado, aseguró que antes de julio de 2001 no tuvo relación con ninguno de los acusados, excepto con su cuñado. "No les he visto en mi vida", dijo, pese a matizar que posteriormente vio a algunos en el locutorio de Villabona. Suárez Trashorras fue detenido el 25 de julio de 2001, fecha a partir de la cual pasó tres días en prisión.

Referente a uno de los principales testigos de la acusación publica, Francisco Javier Lavandera Villazón 'Lavandero', indicó que tras salir de los calabozos, fue al club Horóscopo de Gijón "como todos los jueves", donde una chica le dijo que Lavandero buscaba a su cuñado, por aquel entonces en la cárcel.

Suárez Trashorras habló con éste sobre la venta de un vehículo, un Saab 9000, que le iba a vender en pricipio Toro Castro, pero la transacción no se llevó a cabo porque Lavandero quería pedir crédito con nóminas falsas para pagar el coche.

"Jamás le vendí explosivos", afirmó Suarez Trashorras respecto a Lavandero. El imputado matizó que además por aquella fecha ya estaba controlado por la Policía, con quien colaboraba a cambio de sacar a su cuñado de prisión.

Respecto a esta colaboración con los Cuerpos de Seguridad, Suárez Trashorras apuntó que aunque en un principio se negó porque él "no era culpable", accedió días más tarde para que Toro Castro pudiera salir en Navidades de prisión.

Asimismo, Suárez Trashorras desmintió haber mantenido una buena relación con el 'Nayo', ya que tenía con él "una enemistad bastante fuerte". El imputado confesó que el 'Nayo' fue la persona que se tuvo de moneda de cambio para sacar a su cuñado. Incluso, el acusado dijo haber agradecido a la Policía con cestas de Navidad la puesta en libertad de su cuñado para esas fechas.

NIEGA CONOCER A RAFA ZOHUIER

También negó haber conocido antes de 2001 a Rafa Zohuier, uno de los testigos de este caso e imputado por el 11-M al igual de Suárez Trashorras, que era confidente de la Guardia Civil y denució la trama asturiana de venta de explosivos.

De hecho, Suárez Trashorras se mostró molesto con que declarara en esta causa Zohuier,al que dijo no conocer hasta 2003. "Había un moro metido allí y menuda importancia que le di", dijo el acusado irónicamente sobre la presencia en el locutorio de la cárcel de Zohuier.

Por otro lado, ayer Toro Castro negó cualquier vinculación con la dinamitada hallada en el garaje que dijo compartir con su cuñado y con Nayo, aunque reconoció que que el hachís era suyo.

La acusación del fiscal especial Antidroga se sustenta en parte en los testigos Francisco Javier Villazón Lavandera 'Lavandero' y Rafa Zohuier, confidentes ambos de la Guardia Civil, y el agente Jesús Campillo, a quien supuestamente el portero del club Horóscopo habría confesado que los dos acusados le intentaron vender dinamita.

Una confesión que fue grabada pero no investigada, lo que provocó la destitución del comandante de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, el teniente coronel Antonio Rodríguez Bolinaga, y que puso en evidencia la falta de coordinación entre los Cuerpos de Seguridad asturianos.

Las declaraciones de Campillo está prevista para el 7 de noviembre, y las de Lavandero y Zohuier para el día 8.

Por otro lado, hoy declaró también el ultimo de los acusados, cuyas iniciales responden a T.R.M., a quien el fiscal pide 7 años de prisión y una multa de 50 €, por un delito contra la salud pública, de venta de cocaína. T.R.M., que respondió a las preguntas sólo del fiscal y su abogado, reconoció que traficaba a pequeña escala para costearse la droga. Sin embargo, aseguró que lleva en tratamiento de desintoxicación dos años.

Después de la declaración de este último acusado, el magistrado suspendió las sesiones hasta el próximo lunes, fecha en la que comenzarán a declarar los agentes de Policía que intervinienron en la operación.