La fiscal modifica su petición de cárcel para los tres atracadores de una joyería en Gijón por expulsión del país

Actualizado: lunes, 19 abril 2010 19:42

"Nos arruinaron muchos años de nuestra vida de trabajo, de alguna manera tienen que pagarlo", dice la propietaria

GIJÓN, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Público modificó hoy la petición de cinco años de cárcel solicitada para cada uno de los tres acusados de nacionalidad argentina del atraco a una joyería de Gijón en 2009 y sustituyó la pena por la de expulsión del país. Asimismo, pidió el pago de lo sustraído, 7.000 euros en metálico y joyas por valor de 139.128,70 euros. También interesó la suspensión temporal del juicio para la otra encausada, imputada como cooperadora, al estar en paradero desconocido.

Por su parte, el abogado de la defensa solicitó la libre absolución para sus tres clientes, al tiempo que declaraba "nulas" e "ilegítimas" algunas de las pruebas, como las escuchas telefónicas y el reconocimiento fotográfico que las víctimas hicieron de uno de los imputados. Asimismo, indicó que se habían vulnerado derechos fundamentales y de defensa de los procesados.

Durante el juicio, celebrado en el Penal 3 de Gijón, uno de los imputados, C.F.O., declaró que trabajaba como taxista en Argentina y que había venido alguna vez a España, pero nunca a Asturias. Asimismo, explicó que cuando ocurrió el atraco estaba en Madrid con una mujer con la que mantenía una relación sentimental.

Respecto a M.O.A., indicó que lo conoció en la agencia donde contrató el vuelo y que vinieron juntos en el avión, donde también iba el tercer acusado, aunque éste dijo se quedó en París. Una vez en Madrid, ayudó a M.O.A. alquilar un coche.

A preguntas del fiscal, reconoció que conocía a la otra acusada, también de nacionalidad argentina, ya que era la novia de R.G.Q. No obstante, rechazó que fuera suyo un móvil desde el que se realizaron llamadas relacionadas con el atraco.

Por su parte, R.G.Q., señaló que "nunca" estuvo en Asturias e insistió en que en marzo de 2009 estaba en París. En este sentido, atribuyó a "los celos" el que la otra imputada dijera que sí estuvo con ella. Preguntado por un sms en el que le pide a su novia que le guarde el "juguete", explicó que se refería a un consolador, aunque rechazó que el mensaje lo hubiera mandado desde un móvil que, según él, no tuvo hasta cuatro meses después, sino que lo hizo desde Argentina.

Asimismo, las víctimas reconocieron en el juicio a este último acusado, que supuestamente es quien portaba el arma. Este hecho fue recalcado por la Fiscalía, quien destacó que supone "una prueba directa que le incrimina", dijo sobre R.G.Q. También hizo alusión a las llamadas y mensajes entre éste y su novia y señaló que cuando hablan de "juguete", se refieren a la pistola utilizada.

Además, indicó que el informe de Interpol hace referencia a una estructura organizada de argentinos que vienen a robar a España y vuelven a su país tras los hechos. También incidió que el teléfono que C.F.O. dijo no tener, fue localizado por las antenas de repetición el día del atraco en la zona de la joyería. Además, en el coche de alquiler se encontró un ticket del peaje León-Asturias.

La fiscal hizo referencia también a la coincidencia de la vestimenta y algunos complementos, como una gorra y una bolsa de ordenador, con las imágenes de los supuestos atracadores captadas en un hotel y con algunos objetos incautados durante los registros. Según ella, está "acreditado" que la única forma de vida en España de los tres imputados eran los atracos a joyerías, ya que se les acusa de robar también en León y Valencia.

En cuanto a la acusada, señaló que se dedicaba a facilitar pisos a los imputados y a visitar joyerías para espiar los sistemas de seguridad. En algunas conversaciones intervenidas, echa en cara a dos de ellos que no le dieran nada mientras que otro le entregó unos aros, una pulsera y una cadena de oro y 100 euros para el abogado, cuando fue detenida por no tener permiso de residencia. "No sabes que montaña de oro se llevaron", dijo a una amiga por teléfono en una conversación en la que se atribuye el mérito de ser quien les proporcionó el lugar del robo.

También defendió la legalidad de las escuchas telefónicas y afirmó que el hecho de que lo decretara otro juzgado que sigue una causa similar contra los imputados "no invalida la legalidad" de las grabaciones.

Por su parte, el abogado de la defensa se quejó de "una auténtica falta de control judicial", especialmente referida a las escuchas telefónicas, las cuales rechazó que puedan ser tenidas en cuenta como prueba documental. También afirmó que se vulneró el derecho a la defensa al no haber rueda de reconocimiento, sino que se mostraron fotografías de uno de los acusados cuando ya estaba detenido. Para él, hubo "indudablemente contaminación" de pruebas al mostrar las fotos solamente.

Además, pidió que no se tenga en cuenta la declaración hecha en su día por la imputada, al no haberse leído durante la vista oral y no poderlo ratificar por estar en paradero desconocido. Sobre las escuchas, negó que hicieran alusión expresa al atraco de Gijón y que por el visionado de la cinta de seguridad de la joyería se pueda acreditar que sus clientes son los atracadores. De hecho, contradijo a la fiscal en que la ropa y los complementos de los ladrones fueran igual que el de sus defendidos.

Los tres acusados, haciendo uso de su derecho a una última palabra, proclamaron su inocencia. Es más, uno de ellos señaló que era imposible que le reconocieran porque en las fechas del atraco él pesaba 94 kilos y ahora mucho menos.

PENAS "BLANDAS"

Tras el juicio, una de las propietarias del negocio familia, Carmen García, insistió en que el reconocimiento del atracador que llevaba el arma lo hicieron por separado todas las víctimas, por lo que no hay duda de que era él. Respecto a otro, señaló que ya dijeron que era corpulento. Más dudas expresó sobre el tercero, ya que fue el bajó a la cámara fuerte, por lo que apenas lo vieron.

Pese a todo, indicó que para ella el caso está "claro" y tildó las penas solicitadas de "blandas". "Nos arruinaron muchos años de nuestras vida de trabajo", dijo respecto al negocio de carácter familiar que iniciaron sus padres. "De alguna manera tiene que pagar por ello", apostilló.

Según la calificación del fiscal, sobre las 10.20 horas del día 28 de marzo de 2009, los tres hombres "de común acuerdo y con ánimo de obtener un lucro económico" se dirigieron a la joyería, ubicada en la carretera de la Costa, con los rostros ocultos y portando un arma. Los hombres aprovecharon la entrada de la primera cliente para acceder al local.

Una vez en la trastienda, obligaron a los presentes a echarse al suelo y golpearon a la propietaria en la cabeza cuando ésta trató de levantarse. Aunque una de las dependientas estaba en la parte alta de la joyería y pudo activar la alarma, en el robo, que según la Policía duró menos de seis minutos, se apoderaron de diversas piezas de joyería y de 7.000 euros en efectivo.