Monseñor Sanz reivindica la esencia de Covadonga frente a la pretensión de hacer de él "un parque temático"

Jesús Sanz
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 27 marzo 2012 19:52

MADRID/OVIEDO, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha apelado a las esencias del enclave del santuario de Covadonga para defenderlas de las tentativas transformarlo en algo distinto. Ha sido muy claro a este respecto: "Covadonga tiene sus raíces y sus porqués, que no lo quieran convertir, con el precio de subvenciones, en un parque temático".

A su juicio, la fidelidad a su condición de centro espiritual, referencia identitaria y paraje natural debe ser la base de todo planteamiento sobre la cuestión.

Sanz Montes ha hecho estas consideraciones en un inciso de la ponencia 'La espiritualidad de Asturias en la Edad Media', que ha pronunciado en el marco del Seminario de Historia de España 'Pasado, presente y futuro de Asturias', que organiza la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo.

En su exposición, el obispo ha descrito cómo, después de las grandes tragedias vividas en el siglo pasado, experimentamos en la actualidad un gran auge de toda alusión a la espiritualidad. En su opinión, se ha de estar en guardia frente a este fenómeno, que comporta una gran "ambigüedad". Desde su punto de vista, esta espiritualidad contemporánea no pasa de ser "un sucedáneo que permite reponerse del estrés, un vergel para la evasión".

Y, en algunos casos, también se pueden entroncar estas concepciones con el propósito de "facturar un Dios que se pueda controlar, un Dios a la carta, una religión de supermercado". Expresiones que podrían englobarse bajo el propósito de "construir una religión civil".

Esta trivialización de lo espiritual también puede llegar a hacer mella en la propia confesión cristiana. Sanz Montes cree que en el elogio que se hace del culto, las celebraciones y la labor asistencial de la Iglesia puede haber ínsito un afán de "neutralizar a la religión por folclorización".

Frente a todo ello, ha llamado a vivir la genuina espiritualidad cristiana, fundada en la fe, la esperanza y la caridad. Una espiritualidad que hace vivir "como hijos ante Dios, como hermanos ante los hombres y como responsables constructores de la Historia ante el mundo".