Sariego destaca que el teatro Jovellanos seguirá siendo "una fábrica de sueños", "a la altura de las exigencias"

Actualizado: miércoles, 13 enero 2010 15:30

GIJÓN, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -

El concejal de Festejos del Ayuntamiento de Gijón, José Manuel Sariego, se mostró hoy muy satisfecho con el resultado de la reforma del Jovellanos, que concluye tras "ocho meses de trabajo intenso" en el que han participado 168 trabajadores. Según el edil, el coliseo está ahora "a la altura de las exigencias" para que continúe siendo "la fábrica de sueños principal de todos los gijoneses".

Sariego, en la rueda de prensa celebrada en la Casa de la Palmera previa a la visita al teatro, explicó que el coste de la rehabilitación, con cargo al 'Plan Zapatero', fue de aproximadamente 2.110.00 euros, a lo que hay que añadir los 350.000 euros de las butacas. "Mereció la pena", dijo de la obra en su conjunto, que hoy será visitada por el vicepresidente tercero y ministro de Política territorial, Manuel Chaves.

El edil recordó que la última vez que se había reformado el teatro fue en 1995, por lo que era preciso realizar muchos cambios por dentro y por fuera, de forma que se facilite el trabajo a los empleados y a los que van a actuar en él, al tiempo que se consigue un mayor confort para el público. "Las condiciones son infinitamente mejores", aseguró.

Entre otras cosas, destacó el mecanizado para las representaciones, la climatización, los vestuarios, la mecanización del foso, de manera que se permita un uso polivalente del mismo. Todo ello intentando la menor merma posible del número de butacas, de las que hubo que reducir un total de 50, 22 de ellas en la parte superior.

Por su parte, la gerente del teatro, Carmen Veiga, agradeció el trabajo realizado por el equipo encabezado por el arquitecto Santiago Barragán, así como la colaboración de los empleados del Jovellanos y de los beneficiarios del plan de inserción laboral (PIME). Veiga resaltó el que la obra material se haya hecho en un tiempo record, en seis meses. "Ahora tenemos un teatro del siglo XXI", apostilló.

En cuanto a la parte técnica, el arquitecto Santiago Barragán señaló que su equipo estuvo formado por unas diez personas, pero matizó que no hubiera sido posible desarrollar el trabajo sin la colaboración de la plantilla del teatro.

Barragán destacó diez puntos clave de la reforma: el refuerzo de la estructura con cerca de 30 toneladas de hierro para poder colocar las varas motorizadas y los motores, de más de 1.000 kilos cada uno; el cambio del revestimiento interior con un tono pastel; y la sustitución de prácticamente todas las instalaciones --eléctrica con luces Led que permiten un ahorro del 40 por ciento, de climatización o un nuevo sistema contra incendios--.

También se introdujo un nuevo equipamiento escénico con 12 varas motorizadas, que superan en velocidad a las del teatro de la Laboral, 1,2 metros por segundo del Jovellanos frente a los 1,9 metros por segundo de la Laboral, a parte de que soportan una carga superior en 200 kilos.

Barragán señaló también que antes se tardaba un día en montar el escenario de la orquesta y ahora hay una plataforma en la que caben 62 butacas que puede instalarse en 30 minutos. El foso de la orquesta, bajo el que hay cuatro grandes depósitos de agua por si es necesario utilizarlos en caso de incendio, tiene además tres posiciones, una para ampliar el escenario, otra para las butacas y otra para la orquesta, en función de las necesidades del momento.

Otra de las novedades es que se ha adaptado el teatro a personas con discapacidad a través de rampas y lavabos especiales. En concreto, se ensanchó la entrada principal y se colocaron cinco butacas adaptadas en la platea, al lado de los baños para discapacitados.

Barragán indicó que también se facilitó el acceso al peine, que es donde se maneja el 'atrezzo' y el telón y donde están los motores, a 22 metros de altura del escenario. Antes el acceso era peligroso, ya que se hacía por una escalera anclada a la pared, mientras que ahora se ha instalado un ascensor para acceder de la caja escénica al peine.

Otros cambios se observan en la fachada exterior principal, como es la reforma de la cornisa y su impermeabilización, así como la instalación de dispositivos antipalomas. Asimismo, se hizo una rampa para introducir el 'atrezzo' por la calle de Covadonga y una puerta cortavientos en la entrada de Casimiro Velasco. Barragán no olvidó tampoco la iluminación del teatro, exterior e interior.

Ya en el interior, el arquitecto apuntó a que las butacas son réplicas parecidas a las anteriores, pero con mejoras para que haya más espacio para los pies y que no choquen las rodillas con el asiento de delante, además de ser más cómodas. Cambia el color, a un tono mostaza, para dar viveza.

Con la nueva disposición de las butacas, que facilita también la visión, se han instalado 1.112 asientos (62 en el foso de orquesta, 414 en la platea ---5 de ellas adaptadas--, 394 en el entresuelo y 242 en general). Las butacas llevan bordado el número de asiento en la parte superior, para facilitar la acomodación de las personas. Veiga señaló que con los números de antes, la gente se los llevaba de recuerdo y costaba mucho andar reponiéndolos.

Destaca además entre las mejoras, la instalación en el exterior de dos pantallas digitales, que facilitan la información sobre la programación. En este sentido, Veiga señaló que intentarán que sea "interesante y atractivo para que la gente lo vea". Asimismo, indicó que en el vestíbulo se ha instalado un proyector para que se pueda ver sobre la pared lo que está ocurriendo en el interior, por si alguien llega tarde.

La gerente del Jovellanos hizo hincapié en otras reformas, como la recuperación de las columnas o las lámparas del vestíbulo. Incluso apuntó que fruto de la rehabilitación se descubrieron elementos que estaban ocultos, como una máscara de bronce en la fachada. También explicó que las dos filas más cercanas a la puerta (17-18 impares), se pueden quitar y poner en función de que se precise instalar mesa de sonido.