El Serida convierte una antigua bocamina del Pozo Carrio en el primer invernadero subterráneo del país

El Gobierno de Asturias impulsa los primeros cultivos subterráneos del país con un proyecto de agricultura minera en el pozo Carrio de Laviana
El Gobierno de Asturias impulsa los primeros cultivos subterráneos del país con un proyecto de agricultura minera en el pozo Carrio de Laviana - GOBIERNO DE ASTURIAS
Europa Press Asturias
Publicado: miércoles, 16 julio 2025 14:43

   OVIEDO, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

   El Gobierno de Asturias, a través del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), ha puesto en marcha un proyecto que convierte una antigua bocamina del pozo Carrio, en Laviana, en el primer invernadero subterráneo del país. Se trata de una iniciativa de agricultura minera, enmarcada en el programa Agroalnext que busca sentar las bases de la agricultura del futuro "verde, digital y resiliente al cambio climático".

   El consejero de Ciencia, Industria y Empleo, Borja Sánchez, ha visitado este miércoles las instalaciones del proyecto experimental, que ensaya cultivos en condiciones extremas mediante un sistema de hidroponía --un sistema de cultivo que prescinde de la tierra-- en un ambiente controlado sin luz natural, sustentado con iluminación led.

   El ensayo piloto se desarrolla en la galería La Raya del pozo Carrio e incluye cinco variedades vegetales: brotes de uso culinario, plantas aromáticas, hojas verdes, wasabi, guisantes, hongos y salicornia, una planta halófita que se adapta a ambientes extremos. El objetivo es analizar qué especies pueden adaptarse a entornos subterráneos, con el fin de abrir una nueva vía de producción agroalimentaria "sostenible y energéticamente eficiente".

EL SERIDA LIDERA EL PROYECTO

   El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) se ha encargado de la puesta en marcha de este proyecto en el marco del polo de innovación de Carrio y con la colaboración de la empresa minera Hunosa, propietaria de la bocamina.

   El desarrollo técnico corre a cargo de la compañía asturiana Cantábrica Agricultura Urbana, especializada en cultivos de interior mediante sistemas de agricultura vertical, capaces de reciclar el agua y funcionar sin exposición a la luz solar.

   El proyecto promueve la Agricultura 4.0 como una actividad económica de futuro para las cuencas mineras asturianas. Los resultados de la fase experimental servirán de base para explorar futuros invernaderos en los yacimientos subterráneos, que serán sostenibles y autosuficientes, ya que podrán nutrirse del agua y energía de las antiguas explotaciones.

   En la visita, el consejero ha estado acompañado por la directora del Serida, Mamen Oliván; el alcalde de Laviana, Julio García; la gerente del Centro de Innovación Carrio, Susana de la Fuente; representantes de Hunosa y técnicos de la empresa Cantábrica Agricultura.

   Borja Sánchez ha destacado esta iniciativa como clave para dar un nuevo uso innovador y tecnológico a las antiguas minas: "Este invernadero subterráneo representa un paso firme hacia la agricultura del futuro. El proyecto combina ciencia, tecnología y sostenibilidad para desestacionalizar los cultivos e impulsar formas de producción que nos ayuden a afrontar los retos del cambio climático y el desarrollo territorial".

UNA MINA PARA EL FUTURO

   Esta iniciativa pionera forma parte de la estrategia del Gobierno del Principado de dar un nuevo uso a las infraestructuras mineras. En una comunidad con más de 5.000 kilómetros de galerías subterráneas, el Ejecutivo autonómico trabaja para "transformarlas en espacios de desarrollo tecnológico y científico ligados a nuevas actividades económicas como la agroalimentación avanzada, el almacenamiento de datos o la investigación sobre la habitabilidad de la Luna".

   El uso de infraestructuras como minas o búnkeres para instalar invernaderos cuenta con experiencias en países como Reino Unido, Italia o Finlandia, pero es la primera vez que se utilizan antiguas galerías mineras para este fin en España. Las instalaciones subterráneas garantizan temperaturas y humedad constantes, reducen el consumo energético y permiten ciclos de cultivos continuos.

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