OVIEDO, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha desestimado el recurso interpuesto contra las Consejerías de Medio Rural y Pesca y la de Medio Ambiente del Principado de Asturias, la empresa Tragsa, así como contra sus aseguradoras, como consecuencia del accidente de circulación sufrido por el Guarda Forestal Juan Rubén López Cueto en la pista 'La Collada' (Peñamellera Baja), el 3 de mayo de 2006, cuando falleció tras caer por un barranco en su coche. El Tribunal considera que la causa del accidente no fue la falta de señalización en la zona, ni la gravilla suelta en la pista, sino que el fallecido realizó la "peligrosa maniobra" de dar marcha atrás.
La sentencia desestima la reclamación de la familia al apreciar que la causa de que el vehículo se saliera de la vía fue exclusivamente la decisión del fallecido de dar marcha atrás, sin apreciar que haya influido la falta de señalización anunciando que la pista forestal estaba cortada por una obra, o el hecho de que en la misma pista apareciera gravilla procedente de la obra sobre la que, en su marcha atrás, patinó el vehículo antes de precipitarse al vacío.
Según consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en el recurso de atribuía lo sucedido a la falta de señalización de las obras que la empresa Tragsa realizaba en la pista 'La Collada', ya que impedía la circulación por la misma. Así, exponían que Rubén López se viese "obligado" a realizar una maniobra de marcha atrás "por la imposibilidad de efectuar un cambio de sentido debido a la estrechez de la pista, y añadieron que como consecuencia de ello, "así como de la existencia de gravilla suelta sobre el pavimento" se produjo el vuelco del vehículo por le margen izquierdo, precipitándose por el barranco existente.
Sin embargo, el TSJA concluye que la causa directa y el desencadenante del fatal accidente "no fue otra más que la actuación del conductor fallecido", al realizar una "peligrosa maniobra" de marcha atrás en una pista forestal estrecha y de gran pendiente "sin haber adoptado" todas las medidas de precaución necesarias para tal finalidad". Argumenta el Tribunal que otros conductores, como compañeros del fallecido y ganaderos, habían realizado la misma maniobra "sin mayor problema".
Así, se concluye que la causa no fue la falta de señalización de las obras, sino que el conductor asumió "el riesgo" de realizar una maniobra "peligrosa. El hecho de que otras personas hallan realizado esa misma maniobra acredita, para el TSJA, la "falta de influencia de la existencia de gravilla suelta sobre la calzada, sin duda por la eficacia que en tales casos supone la posibilidad de utilizar la reductora y la tracción a las cuatro ruedas".
Contra la sentencia del TSJA cabe la interposición de un recurso de casación para unificación de doctrina ante la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.
El fallecimiento de Rubén López el 3 de mayo de 2006, cuando realizaba labores de guardería medioambiental, conmocionó al oriente asturiano, donde además era muy conocido por ser un reputado montañero. Nació en Arriondas (Parres) pero en el momento del fatal suceso residía en Ribadesella. Tenía mujer y dos hijos de 3 y 7 años.
