El Ayuntamiento inicia el derribo del edificio que ocupa los números 118 y 120 de General Dávila

Derribo General Dávila
AYUNTAMIENTO DE SANTANDER
Actualizado: lunes, 17 febrero 2014 20:46

SANTANDER, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Ayuntamiento de Santander ha iniciado la ejecución subsidiaria del derribo del edificio que ocupa los números 118 y 120 de la calle General Dávila, que presentaba un deficiente estado de conservación, como consecuencia del cual fue declarado en ruina el pasado mes de junio.

El Consistorio ya había declarado en ruina el edificio al declarar y ordenó a los propietarios del inmueble que procedieran a su demolición en el plazo de tres meses, algo que no se ha producido, por lo que ahora es el propio Ayuntamiento el que lo va a ejecutar, girando posteriormente su coste a la propiedad.

"Desde el Ayuntamiento de Santander, seguimos velando por la conservación y el mantenimiento en buen estado de conservación de los edificios de la ciudad, con ayudas y acciones que van encaminadas a favorecer la reparación de los mismos y, paralelamente, eliminar los riesgos de aquellos inmuebles en estado ruinoso", explicó en un comunicado el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz.

El concejal señaló que los informes técnicos determinaron que el edificio de los números 118 y 120 de la calle General Dávila reunía las condiciones para decretar su ruina urbanística, puesto que, además de existir un deterioro generalizado de todos los elementos que componen el inmueble, se encuentra en situación de fuera de ordenación, según el planeamiento vigente.

Se trata de una construcción que data, según el catastro, de 1920. Es un edificio que consta de dos portales que comparten estructura de madera y cubierta de teja sobre ripia. Formaba parte de una hilera de edificaciones de características semejantes, que ya han sido demolidas. El inmueble consta de planta baja, primera y ático, y cuenta con una superficie construida total de 416 metros cuadrados.

Exteriormente, el edificio presentaba un muy deficiente estado de conservación, que se manifestaba en unas fachadas abombadas que habían perdido la verticalidad primitiva, los recubrimientos estaban ajados y con grandes desconchones, los balcones inservibles y peligrosos, puesto que faltaba parte de su estructura, y los aleros se encontraban igualmente muy deteriorados, del mismo modo que la cubierta, que presentaba fuertes asentamientos.