El nuevo colegio Padre Apolinar se construirá en una parcela municipal cedida a la Fundación Obra San Martín

Actualizado: sábado, 4 abril 2015 11:16

Ubicada en el número 4 de la calle Autonomía, la parcela se ha cedido de forma gratuita por un plazo de 75 años mediante un derecho de superficie

SANTANDER, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Ayuntamiento de Santander ha aprobado la cesión de una parcela municipal a la Fundación Obra San Martín para la construcción del nuevo colegio Padre Apolinar.

La parcela, ubicada en el número 4 de la calle Autonomía, se ha cedido de forma gratuita por un plazo de 75 años mediante un derecho de superficie.

Una vez efectuada la cesión, el Consistorio realizará los trámites urbanísticos necesarios para que pueda comenzar la construcción del nuevo centro.

El primer paso será la concreción de equipamiento ya que, de acuerdo al PGOU, la parcela es un equipamiento sin especificar y, por ello, hay que concretar el uso que se la va a dar, en este caso educativo.

Después seguirá la tramitación de un estudio de detalle para la ordenación de los volúmenes de la edificación y la definición de las rasantes en el interior de la parcela y, de esta manera, garantizar la integración en el entorno. Finalmente, se tramitará la preceptiva la licencia de obras.

Esta actuación, que supondrá una inversión de tres millones de euros, permitirá aumentar el número de plazas disponibles en el centro, creado en 1964, el primero de Cantabria que atendió a personas con discapacidad.

En la actualidad, el colegio, que se encuentra ubicado junto al resto de instalaciones que la Fundación Obra San Martín tiene en Valdenoja, está formado por 70 alumnos, que son atendidos por 21 profesionales -profesores, logopedas, fisioterapeutas, auxiliares, etc.-, encontrándose al máximo de su capacidad.

NUEVO COLEGIO

El nuevo colegio Padre Apolinar de la Fundación Obra San Martín se ubicará en una parcela de 8.000 metros cuadrados, un emplazamiento "idóneo" al tratarse de una calle accesible, integrándose en el entorno y las posibilidades de inclusión que éste ofrece.

El centro, que va a tener una capacidad máxima de 100 alumnos, prestará especial atención a la integración del edifico dentro de la trama urbana, mediante el juego de volúmenes y la elección de los materiales, en especial de la fachada y el empleo de la vegetación.

La actuación proyectada consiste en un edificio único que alberga todas las dependencias necesarias, distribuidas en una única planta de aproximadamente 3.500 metros cuadrados.

Al situarse íntegramente en planta baja, al nivel de la calle, con el objetivo de que tanto los accesos como los movimientos en el colegio sean cómodos, sencillos y fácilmente identificables, suprimiendo cualquier barrera arquitectónica.

La elección de una distribución en una única planta tiene como finalidad dotar al edificio de "una escala más humana, hacerlo más cercado y agradable".

Además, con su altura reducida, junto con su distribución en planta y su orientación, se busca la creación de espacios libres dentro de la parcela, que resulten protegidos y soleados.

Las diferentes etapas educativas que coexisten en el edificio se cuentan diferenciadas, aprovechando los patios interiores, situando ventanas al este, oeste y en la cubierta, lo que permite tener contacto directo con el exterior, una ventilación cruzada para mejorar la calidad del aire, confort térmico y abundante luz natural.

El proyecto contempla la construcción de una piscina terapéutica y salas de rehabilitación física, que hagan posible el desarrollo de programas especializados y adaptados a cada uno de los alumnos.