SANTANDER, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Unión de Consumidores de Cantabria (UCC) ha mostrado su "preocupación" por la venta a un fondo de inversión australiano de la compañía E.ON, antes ENEL y originariamente Viesgo. La asociación considera "inmoral y repugnante" que un sector básico como el eléctrico quede en manos de inversionistas "que buscarán primero el beneficio antes que la prestación óptima de un servicio de primera necesidad".
UCC señala que de la propia página web del fondo que ha comprado E.ON, que se llama 'Macquarie European Infraestructure Fund (MEIF-4) and Wren House Infraestructure', se desprende que "consideran un chollo el régimen regulatorio español porque permite adquirir a un fondo inversionista un sector básico y estratégico, con miles de clientes cautivos que pagarán lo que pidan, y con el que obtendrán buenos beneficios que se irán al extranjero".
UCC considera "inmoral que los consumidores paguen para que un fondo rentabilice sus inversiones" y advierte que, "quizá, al pagar la luz pagaremos también las pensiones de algún ciudadano belga o la deuda pública de cualquier país, incluido el nuestro".
En este sentido denuncia que el marco regulatorio español es el que permite "especular con sectores básicos de la economía, haciendo imposible cualquier avance social". Asimismo advierte que España está en manos de corporaciones internacionales, "vendido, enajenado, postrado y humillado. Somos culpables de ser tan inútiles y tan incapaces que no sabemos ni gestionar nuestros recursos y nuestros sectores estratégicos", afirma UCC en nota de prensa.
"PAGAMOS A CIEGAS"
Unión de Consumidores añade que el actual sistema tarifario permite cobrar sobre la base de perfiles de usuarios, sin que éste tenga determinado de antemano, conforme a contrato, el precio del kilowatio que supuestamente consume. "Es decir, que pagamos a ciegas un consumo del que somos dependientes, sin conocer, como es nuestro derecho, el precio del mismo con anterioridad, ni los consumos que efectuamos", explica el coordinador de la asociación, Francisco Bautista.
"Así, un suministro básico, una necesidad social, se ha transformado en un nido de consumidores cautivos, sin ningún control sobre sus consumos ni sobre el precio. Todo recubierto con la mentira legal de que se nos aplica el precio real del kilowatio/hora, cosa imposible de cumplir en España, al menos en la actualidad", añade.