SANTANDER, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
La villa francesa de Cagnes-sur-Mer ha rendido este sábado homenaje al pintor santanderino Francisco Iturrino, recuperando la memoria y la figura de este artista, "siempre inmerso en la más plena vanguardia", cuyos restos reposan en una tumba hasta ahora anónima y olvidada en el cementerio de esta localidad de la Costa Azul en la que pasó sus últimos años.
Desde hoy, casi un siglo después de su muerte (21 de junio de 1924), dos placas identifican el lugar donde descansa el pintor, en un pequeño y antiguo cementerio de esta villa, y la casa en la que pasó los últimos años de su vida, a sólo unos cientos de metros.
La concejala de Cultura, Educación y Juventud, Miriam Díaz, ha agradecido este "justo reconocimiento" al artista que, a su juicio, sirve también para "hermanar" a Santander y a Cagnes-sur-Mer a través de la figura de este creador "singular", que compartió inspiración y trayectoria con artistas como Matisse o Picasso.
El homenaje, promovido por el profesor Charles Frémaux, responsable del hallazgo de los restos y de la vivienda, y por una bisnieta del pintor, Laura Iturrino, se ha desarrollado a lo largo de toda la mañana en varias localizaciones de la ciudad.
En él han participado autoridades locales, familiares y también el director del Museo de Arte Moderno Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS), Salvador Carretero, en representación del Ayuntamiento santanderino.
Carretero ha elogiado la labor desarrollada por el profesor Frémaux y por la bisnieta de Iturrino para convocar este acto de homenaje y "rescatar del olvido" los restos y la memoria del artista santanderino, contando para ello con el apoyo del Ayuntamiento de Cagnes-sur-Mer.
Según dice, "se añade así un nuevo capítulo a la historia de esta villa en la que siempre se han sentido muy bien acogidos creadores de diferentes lugares", entre ellos, Francisco Iturrino, un artista que "siempre estuvo inmerso en la más plena vanguardia de su momento".
TRAYECTORIA
Iturrino fue primero pintor simbolista, después practicó el más puro fauvismo de la mano de su amigo Henri Matisse y, más tarde, atravesó un periodo colorista y luminoso en el que expuso junto a Pablo Picasso en París, en 1901, cuando aún eran dos auténticos desconocidos. Su obra fue también "un canto" permanente a la mujer, a la poética y la condición femenina, ha señalado Carretero.
Nacido en Santander el 10 de septiembre de 1864, Francisco Iturrino se trasladó con apenas 20 años a Lieja (Bélgica) con el fin de estudiar ingeniería, pero en su lugar, empezó a pintar, y hacia 1890 se trasladó a Bruselas para estudiar en la Academia Saint Josse-ten Noode.
Después residió en París, donde en 1901 expuso sus pinturas en la Galería Vollard junto a Pablo Picasso. Trabajó codo con codo con su amigo Matisse y viajó constantemente relacionándose con los grandes artistas de su tiempo.
Ya enfermo, se trasladó a Cagnes-sur-Mer, villa veraniega cercana a Niza, donde murió el 21 de junio de 1924, y donde recientemente han sido hallados sus restos y la casa en la que vivió sus últimos años.
Ha sido gracias a años de investigación del profesor Charles Frémaux, matemático de formación, licenciado en Letras por la Universidad de la Sorbona, con una intensa trayectoria militar, Caballero de la Orden Nacional del Mérito de Francia y exconcejal de Cagnes-sur-Mer.