SANTANDER, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Cantabria, Ignacio Diego, ha garantizdo este miércoles que, entre las inversiones en obra pública que el Gobierno de Cantabria "trasladará" --que "no paralizará"-- a 2012 para poder llegar a final de año, no habrá "ninguna" de "carácter estructural".
Cuestionado por las obras a las que afectará esta decisión del Gobierno, Diego no ha concretado ninguna de ellas, si bien ha señalado que no incluye a ninguna que fuera a generar "dinamización económica".
A preguntas de los periodistas en una rueda de prensa de balance del Festival Internacional de Santander (FIS), el presidente regional ha defendido que, aunque la decisión del Gobierno regional de trasladar las inversiones en obra pública a 2012 ha sido "dura", "no había opciones".
"Nos parecía más perentorio pagar las nóminas a los empleados públicos en el mes de diciembre que asfaltar algún callejo previsto en el Presupuesto", ha manifestado.
"PRAGMATISMO Y SENSATEZ"
En este sentido, ha explicado que la decisión tomada por el Consejo de Gobierno ha sido "obligada" y de "absoluta necesidad". "La opción del Gobierno era lo uno o lo otro", ha enfatizado, quien ha opinado que, ante esta disyuntiva, el Ejecutivo regional ha tirado de "pragmatismo" y "sensatez".
Diego, que ha garantizado que "nada de lo que se iba a hacer, quedará sin hacerse en el futuro", ha pedido a los cántabros que entiendan la situación económica actual --con un presupuesto que, a 30 de junio, ya estaba gastado en un 80 por ciento y en el que se había ingresado el 39% de lo previsto-- y ha defendido que su Gobierno no ha venido a "recortar, paralizar" u "obstaculizar la inversión", sino que ha hecho "lo único que se podía hacer".
"No es una cuestión de vocación, sino de determinación. Hay que hacer lo que hay que hacer para terminar el ejercicio presupuestario porque lo contrario era la ruina de Cantabria a la que nos estaban avocando unos gestores, disparatadamente malos", ha añadido.
En contraposición, ha asegurado que ahora los ciudadanos deben tener la "tranquilidad" de que tiene unos gestores razonables" que --ha dicho-- "van a demostrar que se puede generar confianza con medidas sensatas" y ha recordado que los gobernantes están para "tomar decisiones".
Sin embargo, ha admitido que el Gobierno es "conocedor" de las consecuencias que, "a corto plazo", va a suponer el aplazamiento de las inversiones, como la "ralentización" de la actividad en obra pública", algo que ha señalado "no va a beneficiar" a la creación de puestos de trabajo en este sector.