Martínez valora que los pescadores salgan a faenar ya para "aliviar" las economías familiares y evitar también solapamiento con el bocarte
SANTANDER, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Cantabria espera que "el adiós a la pesa olímpica" multiplique la rentabilidad de la costera del verdel, que arranca este viernes.
"Ojalá volvamos a ver precios en lonja por encima de 1,20 euros", ha expresado la consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, Blanca Martínez, quien ha apuntado que, al estar ahora el verdel cerca de las costas, los costes de explotación se reducen "sensiblemente" y el margen para los pescadores es "mucho mayor".
En un comunicado, la consejera también se ha referido a los temporales, que han mantenido a la flota amarrada a puerto "buena parte del año", por lo que ha apuntado al respecto que es "necesario" que los pescadores salgan a faenar "cuanto antes" para "aliviar" las economías familiares y, también, para evitar "solapamientos" con el bocarte".
La consejera ha manifestado también su satisfacción por que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente haya sido "receptivo" a la petición del Gobierno regional para que se reconozcan los "derechos históricos" en el reparto de la cuota y se haya "agilizado al máximo" la tramitación administrativa que aún se hallaba pendiente para que la costera de la caballa se abra esta noche.
REDERAS
Martínez recordó además que esta será una costera "especial", ya que las rederas cántabras estrenarán el certificado que reconoce su competencia, acredita su profesionalidad y, por lo tanto, dota a este colectivo de una mayor estabilidad en el empleo.
"Tras años de reivindicación", ha dicho, "por fin se ha hecho justicia" con un colectivo expuesto a "trabajar en precario" pese a que las rederas son "indiscutiblemente una pieza clave en el complejo engranaje de los puertos de bajura", ha destacado Martínez.
La acreditación profesional de las rederas surge de la colaboración entre la Dirección General de Pesca y Alimentación, el Servicio Cántabro de Empleo, la Dirección General de Trabajo y la Dirección General de Formación Profesional y Educación.
Las negociaciones emprendidas por el Gobierno posibilitaron "esquivar" las "rigideces" impuestas por el Real Decreto 1376/2009, de 28 de agosto, que exigía a las rederas su participación en un curso de 290 horas de duración y que finalmente fue solo de tres días.
Ello habría impedido en la práctica el reconocimiento de la profesionalidad, ya que era "inviable" que las rederas pudieran compatibilizar esas horas lectivas y su trabajo.
