17 años para el joven que mató a su socio en el cultivo de marihuana

Actualizado: viernes, 2 octubre 2015 10:49

SANTANDER, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial ha condenado a 17 años de prisión, por asesinato, al joven que mató de 56 puñaladas a su amigo y socio en el cultivo de marihuana en un chalet de una urbanización de la localidad de Castillo, en Arnuero, en diciembre de 2013.

Además, deberá indemnizar a los padres de la víctima con 150.000 euros, y con otros 10.000 a su novia. Todas las penas corresponden a las peticiones del Ministerio Fiscal, con las que la defensa mostró su conformidad.

Los nueve integrantes del jurado consideraron por "unanimidad" que en el juicio, celebrado el pasado mes de septiembre, se ha probado que I.F.A acudió con su amigo y socio a la vivienda de la urbanización Las Ardillas de Castillo donde ambos mantuvieron una discusión por la desaparición de las plantas de marihuana que allí tenían.

Después de haber discutido, el acusado "quiso acabar con la vida" de su amigo y empleando un cuchillo de 33,5 centímetros de longitud y cuatro de anchura, le dio nueve puñaladas y lo hizo de forma "sorpresiva y por la espalda, sin que la víctima tuviese posibilidad de defenderse".

De estas nueve puñaladas, una fue "muy fuerte" y le produjo una lesión en forma de ojal en la cara visceral del hígado, lo que hizo que la víctima cayese al suelo del garaje.

Allí, el acusado siguió apuñalándole repetidamente en diversas partes del cuerpo hasta causarle la muerte a causa de las heridas incisas en el tórax y el abdomen, que perforaron el pulmón, el hígado y el corazón, las cuales provocaron laceración cardiaca hepática y de ambos pulmones, con extravasión de gran cantidad de sangre lo que le produjo la muerte por shock hemorrágico e hipovolémico.

I.F.A. causó la muerte a su amigo y socio aprovechando que éste se encontraba indefenso y utilizó para ello el cuchillo que llevaba con el que le apuñaló repetidamente "asegurándose así su deseo de quitarle la vida sin la posibilidad de que la víctima pudiera defenderse en el momento de ser agredido mortalmente", según el jurado.

De esta forma, los miembros del jurado también han considerado probado que la víctima murió a consecuencia de las puñaladas que le asestó el acusado, al que declararon por unanimidad culpable de los hechos que él mismo confesó.