La Fundación de padres de niños afectados por TDAH edita una guía para abordar las situaciones que este síndrome genera

Actualizado: jueves, 17 julio 2008 15:29

Con el apoyo económico de la Obra Social de Caja Cantabria

SANTANDER, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Fundación que agrupa a los padres de niños afectados por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ha editado, con el apoyo económico de la Obra Social de Caja Cantabria, la guía 'TDAH, un reto para la condición de padre' que pretende acercar a los progenitores de niños afectados por este trastorno los contenidos que imparte la escuela de la fundación.

Según explicó hoy en rueda de prensa la presidenta de la fundación, Regina Cobo, la guía es una "herramienta práctica" para abordar las situaciones que este trastorno genera en su entorno y añadió que está dirigida fundamentalmente a padres que no puedan acudir a la escuela de la fundación. A la presentación de la guía también asistió el director de la Obra Social de Caja Cantabria, Juan Muñiz.

Cobo manifestó que en Cantabria hay actualmente diagnosticados 350 niños con TDAH, mientras que la cifra real de afectados ronda los 3.000. Por este motivo, realizó un llamamiento para que los padres apuesten por la visibilidad de los afectados y no traten de ocultar que sus hijos padecen un síndrome "que es como cualquier otro".

En este sentido, Cobo apuntó que se estima que el TDAH afecta a entre un 5 y un 10 por ciento de la población y señaló que por cada menor afectado hay, al menos, tres personas más que padecen las consecuencias, que son sus familiares y personas de su entorno.

Por lo tanto, los afectados por los efectos de este problema llegarían a un 15 por ciento de la sociedad, por lo que, a jucio de Cobo, el sistema sanitario carece de unidades operativas para hacer frente al TDAH.

Por otro lado, Cobo indicó que es importante detectar el trastorno en los primeros años de forma que a través de unas pautas y la aplicación de estrategias el menor pueda desarrollar una vida normal.

Sin embargo, según explicó Cobo, lo habitual es que se diagnostique la enfermedad a los doce años, cuando el niño ya ha desarrollado trastornos de conducta y una actitud de rebeldía, lo que deriva en comportamientos agresivos, indicó.