SANTANDER 16 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Parlamento de Cantabria, Miguel Ángel Palacio, y el religioso franciscano andaluz Isidoro Macías, conocido popularmente como 'Padre Pateras', coincidieron hoy en destacar que el símbolo generacional de la juventud actual es la solidaridad. En un breve encuentro mantenido esta mañana en el despacho presidencial del Parlamento, el religioso, seleccionado por la Revista Time como uno de los '22 Héroes de la Solidaridad' en Europa, por su dedicación a prestar primeros auxilios a las mujeres africanas embarazadas que llegan a Algeciras en pésimas condiciones humanitarias, resaltó el interés de muchos jóvenes por escucharle y conocer a través de su experiencia las tragedias personales que se encierran detrás de las cifras de la inmigración.
Por su parte, Palacio felicitó a Isidoro Macías por su "dedicación personal a una causa tan noble" y destacó que el religioso está realizando su acción humanitaria en uno de los "lugares más calientes de Europa, donde, efectivamente, la realidad de la inmigración se muestra con toda la crudeza del desgarro humano, y tiene trasciende otras consideraciones que nos preocupan a todos, como las económicas o de la seguridad".
Para Palacio, "además de la atención puntual a las pobres mujeres embarazadas que llegan a las costas españolas en necesidad extrema, la obra del Padre Pateras tiene en si misma un valor simbólico, ya que está sensibilizando a la sociedad sobre el aspecto más dramático de la inmigración: el nacimiento de niños en la frontera de la miseria".
Palacio y Macías se mostraron muy esperanzados respecto a la juventud, "que parece estar construyendo sus símbolos generacionales en torno a valores tan importantes como son la solidaridad y la preocupación por el medio ambiente". El 'Padre Pateras' se mostró sorprendido ante la gran afluencia de jóvenes que suelen acercarse a escuchar las experiencias que él está viviendo en la frontera sur de Europa, así como por "el inteligente interés" que manifiestan en sus preguntas.
Palacio despidió al religioso andaluz diciendo que, a pesar de la acción social de las instituciones públicas en cuyas manos descansa la responsabilidad de atender a las personas necesitadas, "hoy sigue siendo imprescindible la implicación de personas sencillas que se acercan voluntariamente al dolor poniendo todo su empeño en mitigarlo".