SANTANDER, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) ha ratificado la legalidad de la prohibición de cuatro años sin trabajar a un arqueólogo de la cueva del Morín que incumplió la autorización que le había dado la Consejería de Cultura para la excavación.
A este arqueólogo se le impusieron dos sanciones que implicaban su inhabilitación para trabajar en labores de patrimonio cultural (de dos años cada una), por obstruir la inspección de la Administración al negarse a entregar las llaves y por realizar actividades arqueológicas en la Cueva Morín contra los términos en que se le concedió la autorización por el Gobierno de Cantabria.
En concreto, la zona que excavó no se adecuó a lo que realmente se había autorizado, y se realizó un estudio de arte rupestre que no contó con autorización.
Fue al ver el informe preliminar cuando Cultura detectó los cambios, y procedió a la inspección del yacimiento, constatando esa "irregularidad", como la definió un informe técnico.
El arqueólogo atribuyó los cambios a una "discordancia" en los planos que el TSJC admite, pero matizando que no resta trascendencia a los hechos, pues, de ser así, el profesional debió comunicárselo a la Administración.
Además, finalizado el plazo de la excavación, no se retiró el material de trabajo.
Sobre la devolución de las llaves, la Sala de lo Contencioso-Administrativo asegura que no consta que las llaves fuera entregadas cuando finalizó el plazo dado --que no la propia excavación--, como se había comprometido por escrito el arqueólogo, ni tampoco hay constancia de que se solicitara una ampliación de plazo. El candado fue cambiado, además.
