Tribunales.- La Defensa del homicida de Carrejo insiste en la afección de la cocaína y la Acusación dice que era consciente

El jurado popular se reunirá mañana para pronunciarse sobre el objeto de veredicto

Europa Press Cantabria
Actualizado: jueves, 30 octubre 2008 15:09

SANTANDER, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Defensa del acusado de matar a su compañera sentimental en Carrejo en mayo del pasado año insistió hoy en que Javier L.V. actuó bajo los efectos del alcohol y la cocaína y muy probablemente sin capacidad para controlar sus impulsos, una tesis que rechazó en cambio la Acusación Particular, que sostiene que el procesado era consciente y controlaba su voluntad cuando mató a Gina Calderón.

Las partes presentaron hoy sus informes en la vista, tras lo cual se redactará el objeto del veredicto y el jurado se reunirá, ya mañana, para deliberar al respecto.

En su última intervención dirigida a los jurados antes de esa deliberación, la abogada de la defensa recalcó que durante la vista no se ha llegado a acreditar que Javier L.V. fuera capaz de controlar sus facultades volitivas en el momento de los hechos. Junto a ello, incidió en que lo que sí se ha demostrado en el juicio es que el acusado consumió cocaína y alcohol el día de los hechos.

Y además, puso especial énfasis en el testimonio de uno de los peritos psicólogos que han comparecido en la vista --propuesto por la propia Defensa--, el cual explicó que la cocaína puede provocar estados de falta de control de los impulsos y es "más que probable" que el acusado se viera afectado hasta ese punto.

Así, la abogada recalcó que el perito reconoció la "altísima probabilidad" de la afectación del acusado para controlar sus impulsos, algo que, según dijo, no es posible asegurar que lo buscara a propósito.

La Acusación Particular, en cambio, no comparte esas conclusiones y afirmó que los forenses han sido "rotundos" al asegurar que Javier L.V. fue "consciente" y controlaba sus capacidades cognitivas y volitivas cuando mató a su compañera.

Tampoco comparte la tesis de que la muerte de Gina Calderón fuera el resultado de una pelea entre el acusado y la víctima porque, según dijo, aunque se hallaran dos cuchillos y el procesado sufriera también diversos cortes, los forenses han apuntado que si se tratara de una agresión los cortes serían más profundos de lo que eran y se inclinan por pensar que se trata de autolesiones.

Además, subrayó que los hechos no son homicidio, sino asesinato, porque, en su opinión, el acusado actuó con alevosía cuando la mujer estaba dormida, evitando así que tuviera oportunidad de defenderse.

CONCLUSIONES

La Acusación Particular sostiene que los hechos son un asesinato y pide que se condene al acusado a 25 años de prisión, así como al pago de varias indemnizaciones a los familiares de la víctima. Otro tanto pide la abogada del Estado, que representa en el proceso a la Delegación Especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer.

Por su parte, la letrada del Gobierno de Cantabria califica igualmente los hechos como asesinato y reclama 20 años de prisión para el procesado; mientras el fiscal cree que no concurren ensañamiento ni alevosía y se inclina por la tesis de la discusión entre la pareja, por lo cual lo considera un delito de homicidio por el que solicita 13 años de cárcel, más las correspondientes indemnizaciones.

Finalmente, la Defensa también lo califica como homicidio y pide la absolución de Javier L.V. o, en su defecto, una condena de cinco años, atendiendo a que actuó afectado por el consumo de alcohol y cocaína.

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