Tribunales.- Los vecinos del acusado de estrangular a su inquilina le pidieron repetidas veces que la echara de la casa

Actualizado: martes, 27 enero 2009 16:05

Coinciden en que era una chica "muy desagradable" que llevaba "gente conflictiva" a la vivienda, por lo que tenían "miedo"

SANTANDER, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los vecinos del acusado de estrangular a su inquilina porque no le dejaba dormir y ocultar el cadáver durante cinco días en la vivienda le habían pedido, en repetidas ocasiones, que la echara de casa porque era una chica "muy conflictiva" y les "hacía la vida imposible". "Estábamos de los nervios" y "llevábamos mucho tiempo sin dormir", aseguraron.

Al margen de sus quejas por los "escándalos" y el "ruido constante" que hacía la víctima incluso "a altas horas de la madrugada", los vecinos afirmaron también haber tenido "miedo" de la "gente conflictiva" que subía a la vivienda. "Allí subía lo mejor de la aristocracia del barrio", ironizó uno de los vecinos. "Nos daba miedo cruzarnos con ellos", apuntó otro.

Todos ellos coincidieron hoy, en su declaración ante el juez, en que la víctima, Rebeca C.P., era una chica "muy desagradable" por lo que habían pedido al propietario de la vivienda y acusado de estrangularla, Ramón G.A., --con quien nunca habían tenido "ningún problema"-- que la la echara de la casa, ubicada en el número 3 de la calle Peñas Redondas de Santander. "Me trataba muy mal. Me insultaba. Era una chica muy desagradable", precisó una de las vecinas.

En el juicio con jurado popular, que se inició ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria con la declaración del procesado y continuó hoy con la de los testigos, los vecinos aclararon que "a la que se la oía era a ella" mientras que el resto de la gente "subía y bajaba".

Asimismo, indicaron que, coincidiendo con una reforma en la fachada del inmueble, "desvalijaron medio edificio" e, incluso, "robaron todo el material" de la obra que "uno de ellos vendía en bares de la zona" posteriormente.

Respecto al día de los hechos, la madrugada del 2 de julio de 2007, comentaron que en la vivienda de Ramón G.A. oyeron "un ruido". "Fue como un pum, pum, pum" y luego cesaron los "golpes", apuntó uno de los vecinos.

Este testimonio coincidió con el prestado ante los agentes policiales, que también declararon hoy. Los efectivos afirmaron por su parte que fueron requeridos en el domicilio del acusado porque "al parecer, había un cadáver". Asimismo, indicaron que había un olor "fuerte" e "insoportable" que se percibía "desde el portal". "Era extraño que no lo hubiera olido antes", dijo uno.

Asimismo, señalaron que Ramón G.A. estaba "tranquilo" y no había "signos de lucha" en la vivienda. Tan sólo, un charco de sangre a la altura de la cabeza del cadáver, que estaba colocado sobre su cama, enrollado en una especie de manta o alfombra y con una bolsa de basura encima.

"NO AGUANTABA MÁS"

En cuanto a la primera declaración del casero, los agentes tuvieron la "impresión" de que "no decía toda la verdad" y que "había algo raro" en su relato. Sin embargo, ese mismo día y cuando la Policía todavía no tenía "ningún indicio" sobre la autoría de los hechos, el casero les llamó para entrevistarse con ellos. Entonces, "se echó a llorar y confesó que la había matado".

Según dijeron, les explicó que la Rebeca C.V. "le hacía la vida imposible" y que "no aguantaba más" por lo que, en un "momento de nervios", la agarró por el cuello y la arrastró por el pasillo, llegando a golpearla en la cabeza con un martillo que se rompió. Después, siguió agarrándola por el cuello "hasta que dejó de moverse".

"BASTANTE MANIPULABLE"

En el juicio también declararon los padres de la víctima y el hermano del acusado. Mientras los primeros alegaron que su hija estaba "coaccionada" cuando se retrasaba en el pago del alquiler por el dueño de la vivienda que --dijeron-- había llegado a amenazarla, el hermano de Ramón G.A. sostuvo pro su parte que en los últimos meses le había "cambiado" el carácter y que estaba "más nervioso y triste" que de costumbre.

Asimismo, aseguró que era "confiado" y que la gente "se aprovechaba de él". Esta idea fue subrayada por un compañero de trabajo de ambos, víctima y acusado, quien aseguró que mientras Ramón estaba "apesadumbrado" por la situación a ella "le daba igual todo". Según manifestó, Rebeca C.V. llegó a comentar que su casero era "bastante manipulable", una persona "tonta y absurda" y que "se reía de él".

Finalmente, una amiga de Ramón G.A. y que conocía, también, a la víctima, le advirtió de que ésta hacía "cosas muy raras" y que le "parecía que tomaba drogas", por lo que debía tener "cuidado con ella".

PENAS

Ante estos hechos, el Ministerio Fiscal solicita una condena de 16 años de cárcel para el procesado, al que imputa un delito de asesinato con la atenuante de arrepentimiento. La Acusación Particular también le acusa de asesinato, pero pide 20 años de prisión. No obstante, coincide con la Fiscalía al pedir indemnizaciones de 200.000 euros para los padres de la mujer y de 300.000 euros para su hijo, de 12 años.

La Defensa, en cambio, dice que fue un homicidio, con la atenuante de trastorno mental y arrepentimiento, y pide la absolución del acusado o, en su defecto, una condena de cinco años.

El juicio continuará mañana, miércoles 28 de enero, a partir de las 9.30 horas, en la Audiencia Provincial con la prueba pericial.