UIMP.- Lago Carballo dice que el nacimiento de la UIMP fue una fecha "histórica" porque nació una universidad "ejemplar"

SANTANDER, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

El director de Historia de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Antonio Lago Carballo, afirmó hoy que "si los números tuviesen mayúsculas como las letras", el 3 de julio de 1933 debiera escribirse con mayúscula "para Santander y para la cultura y la ciencia española" puesto que ese "día histórico" se "levantó" la UIMP, una universidad "ejemplar para España y para toda Europa". Setenta y cinco años después, se han recopilado en un libro seis testimonios personales de otras tantas figuras significativas de la inteligencia y de la universidad española que fueron alumnos de la UIMP entre los años 1933 y 1936 y que, a través de anécdotas, "reviven" el pasado, "traen la experiencia" y "hablan" de la profundidad e inquietud intelectual del momento así como del trato cotidiano entre profesor y alumno que se vivió en las aulas de la Menéndez Pelayo.

Concretamente, 'La Universidad Internacional de Verano de Santander en seis testimonios personales (1932-1936)' recoge comentarios de Emilio Gómez Orbaneja, José Botella Llusiá, Julián Marías, Manual Mindán Manero, Carmen Castro y Fernando Chueca Goitia.

"Si la Magdalena ha sido llamada 'isla de libertad', la Universidad Internacional, que en ella se levanta, bien ha podido aspirar, durante los 75 años de su existencia, a compartir con la Heidelberg el lema de ser un espíritu viviente", estimó el director de Historia de la UIMP en el acto de presentación de la obra, que se desarrolló hoy en el Hall Real del Palacio de la Magdalena -coincidiendo con el 75º aniversario--, y que contó también con la participación del rector de la institución académica, Salvador Ordóñez; el presidente de la Sociedad Menéndez Pelayo, Ramón Mandado; y el cronista oficial de Santander, Benito Madariaga.

Lago Carballo, para quien el poeta Pedro Salinas fue "el gran urdidor de la universidad", manifestó que en la época en la que se gestó, la UIMP era una "experiencia única, ejemplar y excepcional" puesto que, por aquel entonces, "no existía una realidad académica como la de Santander" donde se impartía un "amplísimo abanico" de cursos de diferentes disciplinas.

Recordó que el "primer objetivo" de la institución académica era "fomentar las pláticas" entre los profesores acerca de las "grandes cuestiones" de aquel tiempo y recordó que, tras la Guerra Civil, se "restauró" la universidad "bajo el nombre de un gran montañés", en alusión a Marcelino Menéndez Pelayo. "Se quiso", añadió", "entroncar con el mejor espíritu de la Universidad Internacional de Verano, la de los años fundacionales", apostilló.

"LA VOZ DE LOS ALUMNOS".

Respecto al libro, Lago Carballo explicó que es "la voz de los alumnos" y que a lo largo de sus páginas se muestra la experiencia que vivieron y, también, lo que supuso este centro que, según dijo, fue una "plataforma para el diálogo y el intercambio de opiniones".

Por su parte, Ramón Mandado mostró su satisfacción ante la edición del libro puesto que refleja la transformación de las "modestas iniciativas" de la sociedad que él preside con la "floreciente universidad" que es hoy la UIMP. Además, la obra muestra cómo era la vida y la sociedad en aquel momento, así como el ambiente universitario, atendiendo no sólo al contenido y materias que se impartían en los cursos, sino también a la relación entre profesores y alumnos.

Así, se cuenta la relación y amistad entre el sacerdote Mindán Manero con el filósofo José Gaos. "Dos grandes amigos -un sacerdote y un socialista- ni siquiera separados por la tragedia de la Guerra Civil", comentó Mandado.

Para Madariaga, el libro "da una visión muy completa" de cómo se vivía en la época, el ambiente universitario, los profesores que había, etc. En su intervención, el cronista oficial de Santander se refirió al testimonio de Fernando Chueca Goitia sobre los estudiantes que fueron encarcelados por escuchar, en aquella época, radios nacionalistas.

"Una chiquillada", dijo Madariaga, que tuvo, sin embargo, un final trágico ya que a pesar de que todos los profesores de la universidad de Santander intervinieron para que liberaran a los alumnos, "no sirvió para nada" y, tras el bombardeo sobre el barrio obrero de la capital cántabra, se tomaron represalias estando, entre los fusilados, "estos pobres estudiantes".

Finalmente, el rector de la UIMP invitó a la lectura de 'La Universidad Internacional de Verano de Santander en seis testimonios personales (1932-1936)' puesto que en la obra se describe "muy bien" el método de trabajo de la institución académica así como su carácter internacional.