SANTANDER, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
El doctor en Economía y Relaciones Internacionales e ingeniero industrial Carlos del Ama afirmó hoy que la Unión Europea (UE) es un "modelo para el mundo frente al Imperio", y opinó que una "confederación del Mar Negro", que incluyera a la UE, Rusia y una "hipotética federación de estados turcos" sería "el germen" de una confederación mundial "de grandes confederaciones", que englobaría además a los Estados Unidos (EE.UU.).
Del Ama, que consideró "factible" esta confederación a nivel mundial, destacó el papel de Europa que, a su juicio, tiene que tener a Rusia "como aliado" y que, en su opinión, debe ayudar a los países suramericanos, del mundo árabe, africanos y asiáticos a "crear confederaciones o uniones", al margen de la propia Unión, pero con "su experiencia" y el conocimiento "de cómo funcionan las instituciones y de lo que ha salido mal y ha salido bien".
Además, el experto aseveró que "la UE no puede crecer más" durante una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), a la que asistió la vicerrectora de Investigación y Postgrado, Ángeles Monge, y en la que Del Ama presentó su libro 'Hacia un nuevo orden mundial', en el que defiende esta tesis sin pretender "dar opiniones libremente" sino ideas soportadas por "un razonamiento o por hechos históricos".
Para Del Ama, Europa no se define por su geografía ni por su cultura sino porque "durante más de medio siglo ha mantenido paz entre sus fronteras", tras siglos de enfrentamiento, gracias a que "ha descubierto una nueva forma de hacer las relaciones internacionales"y de "solucionar los problemas comunes" que, en opinón de este especialista, busca el "consenso".
Esta metodología, según este autor, se corresponde con "la acción cominucativa" recogida en la filosofía de Habermas y enfrentada a la "acción de dominio", que supone que "el más fuerte se imponga al resto", y cuyo fruto es "el Imperio". En este sentido, destacó que Europa "no debe pretender ser el nuevo imperio" y sustituir al anterior que puede ser EE.UU., China o la India.
EL LIBRO.
El libro 'Hacia un nuevo orden mundial' se divide en tres partes y responde, de forma "sintética" y "telegráfica", según su autor, a las cuestiones de qué es Europa, hacia dónde se dirige, y qué pautas en la historia americana han conducido a la situación actual. Además, se analizan las bases del fundamentalismo islámico para, finalmente, hacer una "propuesta" de cómo tienen que actuar los políticos y dirigentes para que el mundo "sustituya y conciba un nuevo orden que sea alternativa al orden imperial.
La obra incluye una "reflexión sobre la verdad" que considera que la posibilidad de un "acercamiento entre las culturas" no puede hacerse ni "sobre la ideología de una de ellas" ni "sobre un consenso de ideologías", sino que se debiera "converger en base a la verdad" que podría estar, según Del Ama, en la búsqueda "de ese nuevo orden mundial".
ISLAMISMO RADICAL.
Según el experto, el 11-S supuso un "punto de inflexión" en la trayectoria de las relaciones internacionales y, en este momento, decidió que su libro debía analizar el panorama internacional "no sólo desde el punto de vista europeo sino abarcando todos los campos", razón por la que decidió estudiar Estados Unidos, a su juicio, "un poder emergente y dominante" tras la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín, y el fundamentalismo islámico.
Para Del Ama, que estudió filología árabe para poder conocer de primera mano "sus fuentes" ya que "escasean" en otras lenguas, lo que "envenena el fundamentalismo" es que sus líderes cojan palabras determinadas del Corán y, sin sacarlas de contexto, "las inoculen de contenidos revolucionarios o marxistas", cambiando su significado original y cargándolas de "contenidos nuevos", censuró.
El escritor afirmó además que los occidentales saben "muy poco" de los árabes y que sólo conocen "estereotipos" y "prejuicios", mientras que, por el contrario, los árabes conocen "muy bien" el mundo occidental y, en muchos casos, dominan sus lenguas por haber sido colonias "u otras circunstancias", como es el caso de El Líbano, donde se utiliza el italiano, o de Egipto, donde el inglés "no supone problema alguno".