TOLEDO, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
El cardenal arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares, confió hoy en que todos los que acudan al Archivo Histórico Diocesano de la ciudad, que hoy reabrió sus puertas, se pongan al servicio de la sabiduría y trabajen "en la edificación de un mundo más humano".
Así se expresó el recién nombrado Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos al bendecir las instalaciones del Archivo, situado en el piso bajo del Palacio Arzobispal, a lo largo de ocho salas de distinto tamaño, tres de ellas de grandes dimensiones, construidas a principios del siglo XVII.
Aseguró que al Archivo, al que se incorporará el Archivo de la Bula de la Santa Cruzada y, en su día, el Archivo de Párrocos de Toledo y el Archivo de la Catedral, es una parte muy importante de la historia y las raíces cristianas de la ciudad.
Defendió la presencia de la Diócesis de Toledo en el campo de la cultura, y avanzó que, junto a los Archivos, se promoverán estudios de historia de la iglesia y del cristianismo, en colaboración con el Instituto Superior de Estudios Teológicos "San Ildefonso", de la diócesis y que contará también con otros estudios superiores en historia del cristianismo.
"La iglesia siente la responsabilidad de que se escriba la historia con verdad, rigor, y objetividad, que no se hagan sólo interpretaciones de la historia y se ofrezcan únicamente esas interpretaciones como si de la misma historia se tratara", indicó monseñor Cañizares, quien confió en que el Archivo contribuya a la gestación del futuro "siempre desde la fidelidad a esa historia y a la herencia recibida en ella".
ANTIGUO Y MUY RICO
En ese mismo acto, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, quien apuntó que el Archivo es "muy antiguo y extraordinariamente rico", destacó su labor para conocer nuestro propio pasado, tan intensamente relacionado con la iglesia católica.
A juicio de José María Barreda, no se puede entender, comprender, interpretar nuestro pasado y no se puede comprender bien nuestro presente sin la historia de la iglesia católica, y la memoria histórica de unas salas que custodian siglos de existencia.
Por su parte, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, resaltó los 500 años de historia que encierra este Archivo Histórico Diocesano, el trabajo documental de "mucho tiempo" y la sencillez de la obra de restauración realizada en un palacio situado en el centro histórico de la capital regional.
7 KILÓMETROS DE ESTANTERÍAS
El Archivo de Toledo es uno de los archivos eclesiásticos más voluminosos de España, con más de siete kilómetros de documentación donde se refleja la historia de la Diócesis desde el siglo XVI a la actualidad, que ahora se recoge en 50.000 cajas ordenadas y tratadas, que están colocadas en estanterías compactas móviles, tal y como explicó el director del Archivo, Juan Pedro Sánchez.
La documentación se distribuye por secciones y fondos bajo los epígrafes Arzobispos, Gobierno, Justicia, Administración Diocesana y Libros. Entre las actuaciones realizadas figuran la creación de nuevas dependencias, el vaciamiento del subsuelo del Archivo para crear otras salas, la incorporación de un ascensor, la remodelación de la instalación eléctrica, las estanterías, las tuberías, y la sala para investigadores.
Según Sánchez, los trabajos realizados permitirán recoger la vida del pasado para traerla al presente a través de la investigación para que sirva de proyección al futuro y lograr, no sólo el almacenamiento de una "lectura muerta" sino un "ente vivo donde la memoria de la iglesia se hace vida".
TITULOS PONTIFICIOS
Previamente a este acto, el cardenal arzobispo de Toledo hizo entrega de varios Títulos Pontificios a once sacerdotes y siete seglares, por ser, a través de sus obras, "testimonio de servicio y entrega a la iglesia", a quienes mostró su agradecimiento más sincero.
Recibieron títulos de Prelados de Honor, el vicario general para de la Diócesis, Juan Miguel Ferrer; el canciller-secretario general, José Luis Martín; y a título póstumo el sacerdote recientemente fallecido Victorio Garrido.
Como Capellanes de su Santidad fueron distinguidos el vicario episcopal de Toledo, Luis Manuel Lucendo; el de Talavera de la Reina, Felipe García; el de La Mancha, José María Anaya; el vicario episcopal para el clero, Eugenio Isabel Molero; el vicario judicial, José Antonio Martínez; el delegado episcopal de Evangelización y Educación en la Fe, Juan Emilio Tacero; el director del Secretario de Liturgia, Luis García-Hinojosa; y el director del secretario de Medios de Comunicación Social y director de Radiotelevisión Diocesana, Juan Díaz-Bernardo.
Finalmente, en reconocimiento a su generosa vida al servicio de la iglesia recibieron la Cruz Pro Ecclesia et Pontífice --una cruz octogonal con la flor de lis y la imagen del Papa León XIII, que fue quien la instituyó--, Luciano Soto, José Díaz, Manuel Anaya, Ángel Del Campo, Eloísa María, Patrocinio Ramos, y María del Carmen Martín.