El fiscal rebaja a 19 años de prisión la pena para el acusado de asesinar a un hombre en Valmojado (Toledo)

El procesado insiste en que actuó "en legítima defensa" y en que se defendió "de una muerte segura"

Europa Press Castilla-La Mancha
Actualizado: miércoles, 8 julio 2009 17:04

TOLEDO, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Fiscal rebajó hoy de 25 a 19 años de prisión la petición de pena para Santiago M.D, de 34 años, acusado de asesinar a un hombre en Valmojado (Toledo) el 31 de octubre de 2005, mientras que la Defensa sostuvo la libre absolución del mismo o, como mucho, que se considere un homicidio imprudente con una pena máxima de cinco años, con lo que "ya podría salir porque estaría en libertad condicional".

En la exposición de las conclusiones, el Ministerio Fiscal argumentó que las razones de esta rebaja son que no se ha podido probar durante el juicio, con hechos objetivos, que existiera un elemento sorpresivo para el enfrentamiento entre el fallecido, L.M.L.M. y el procesado, por lo que retira la agravante de alevosía al establecer la pena.

El Fiscal, que pide 15 años de prisión por un delito de homicidio y cuatro años por las lesiones producidas a una tercera persona, Ricardo M.P., dejó claro que "en absoluto ha sido un homicidio imprudente" ya que no dudó de que el procesado "mató a L.M.L.M. e hirió a R.M.P.".

También consideró que la versión del acusado sobre los hechos "es inverosímil", y su narración, "incompatible con la verdad", porque son "incomprensibles" las heridas que presentó el cuerpo del fallecido con los "aspavientos" que el procesado decía realizar para defenderse. Subrayó que "el remate viene cuando lesiona a Ricardo M.P.", ya que resulta "incomprensible" que éste se abalanzase al cuchillo.

Recordó que durante el juicio no se ha logrado probar la existencia de una cizalla, ni de una pistola en el momento de los hechos, ni que la que apareció nueve días después fuera de los agresores, porque "no se han encontrado huellas". También consideró "ridículo" que el procesado enterrara el arma con el cuchillo que utilizó para defenderse.

Para el Ministerio Fiscal no es lógico que Santiago M.D., "con el pavor que han manifestado los amigos que tenía esa noche", se enfrentase a alguien en vez de esconderse, y consideró anormal que ninguno llamase a la policía en los nueve días sucesivos a los hechos así como que "se fueran lo más lejos que pudieron".

Sobre estos asuntos, subrayó que un motivo por el que no llamaron a la policía pudo ser la plantación de marihuana que existía en la casa. Respecto a su marcha "lo más lejos posible", consideró que "lo más fácil es huir y preparar una coartada a posteriori". Estos matices, a su juicio, no implican colaboración "ya que es la policía quien implica al autor una vez que le localizan".

Del mismo modo, señaló que si no fuese por el trágico resultado final, con una víctima mortal, "serían patéticas algunas expresiones", como la de un amigo del procesado que afirmó que se encontró una bala cerca de la valla de la finca "y se la quedó de recuerdo, en su afán de coleccionista, porque no le pareció relevante, a pesar de la situación de pánico de su amigo Santiago M.D.".

Finalmente, pidió que para el establecimiento de la pena se tenga en cuenta el resultado, y es que el acusado "salió ileso y los otros dos; uno muerto y otro herido".

VERSIÓN DE LA DEFENSA

Por su parte, el abogado de la Defensa, Marcos García Montes, basó sus conclusiones en el tiempo que transcurrió, una hora y media, desde que sucedieron los hechos en la finca de Valmojado (Toledo), hasta que el herido, que terminó falleciendo, fue trasladado hasta el Hospital de Móstoles (Madrid).

Durante ese periodo de tiempo, al que se suma el periodo que transcurrió hasta que le trasladaron a quirófano, el fallecido perdió aproximadamente unos tres litros de sangre. Según dijo García Montes, de todas las heridas que se produjo al fallecido, solo una tuvo carácter de gravedad, por lo que si le hubiesen trasladado hasta el hospital a tiempo "ahora mismo estaría vivo".

También consideró que existen pruebas "abundantes" de que un grupo de personas se confabularon para ir a robar a casa de Santiago M.D. y, "sin tener ninguna cuestión pendiente" con el procesado, entraron en su finca con una cizalla y una palanca "que Diana --la compañera sentimental del acusado-- identificó en su declaración como una pistola", sobre la que el abogado puntualizó que "estaba percutida" por lo que "jamás pudo ser disparada por mi defendido".

Pidió al tribunal que considere, en primer lugar, un juicio justo; y en segundo lugar que se produjo una agresión ilegítima, porque según su versión de los hechos existen cuatro personas que fueron a robar a casa del procesado armados con una cizalla y una pistola e intentaron agredirle.

Asimismo, recordó existencia de una navaja y de una defensa eléctrica, que es "un arma casi letal", que portaban los testigos heridos y trasladados al hospital. Respecto a la pistola, dejó claro que si hubiese sido del acusado "jamás la hubiera enterrado, y menos decir a la policía dónde la había enterrado". En definitiva, consideró que "está claro el arrepentimiento, la confesión a las autoridades y la legítima defensa" del acusado.

En declaraciones a los medios posteriores a la celebración del juicio, García Montes expresó su respeto hacia las conclusiones del Fiscal "que ha hecho su papel". Sí que puntualizó que ha cambiado de asesinato a homicidio, aunque "creo que tendría que haber mantenido homicidio con imprudencia". No obstante, consideró que la posición de la Fiscalía "es consecuente con lo que siempre ha mantenido", aunque "pesa mucho en la Fiscalía los casi cuatro años de prisión" que ya ha cumplido el acusado.

LEGÍTIMA DEFENSA

Finalmente, el acusado declaró, antes de concluir el juicio, ser "una persona normal, trabajadora y sin antecedentes penales", y resaltó que su relación con J.F.M.G. terminó tres años antes de que ocurrieran los hechos.

Del mismo modo, dejó claro que en la noche del 31 de octubre de 2005 "no esperaba a nadie" y que cuando aparecieron los agresores "me defendí de una muerte segura". "Siempre he actuado en legítima defensa", sentenció.

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