Precisa que en Vega Baja se dará "un tipo de urbanismo u otro" en función del expediente BIC y lo que determinen los arqueólogos
TOLEDO, 26 Nov. (EUROPA PRESS)
El consejero de Vivienda y Urbanismo de Castilla-La Mancha, Alejandro Gil, criticó hoy "la prisas que le han entrado" al alcalde de Toledo, José Manuel Molina, para aprobar el nuevo Plan de Ordenación Municipal (POM) de la capital regional, al tiempo que emplazó el visto bueno de la Junta a este proyecto a su evaluación ambiental, aún pendiente. Asimismo, precisó en la Vega Baja de Toledo podrá darse "un tipo de urbanismo u otro" en función de la tramitación del expediente de Bien de Interés Cultural (BIC) y de lo que determinen los arqueólogos.
En una entrevista concedida a Europa Press, el titular regional de Urbanismo consideró que al alcalde de Toledo "le han entrado unas prisas tremendas" por aprobar el POM "en fechas cercanas" a las próximas elecciones municipales.
De hecho, recordó que Toledo tiene un plan urbanístico vigente que data de 1986 y que tenía que haber sido revisado a los diez años, en 1996, un extremo que no se dio entonces y que tampoco ejecutó Molina cuando llegó al Ayuntamiento.
Según relató, fue en 2003 cuando empezaron los primeros trabajos en este sentido, "dejando transcurrir demasiado tiempo", lo que ha provocado, a su entender, que ahora apenas haya suelo disponible y que los escasos solares factibles estén "en manos de unos pocos propietarios y hayan subido de precio".
Indicó que por contra, la Junta dispone de suelo público en el Polígono de Toledo que ha permitido ofrecer vivienda protegida, pero que no por ello se ha evitado que Toledo "haya crecido relativamente poco" en los últimos años, al contrario que los municipios de alrededor.
De cualquier forma, saludó el Plan impulsado por el Ayuntamiento, "aunque tardío", refiriendo que ahora debe ser el Gobierno regional quien debe revisarlo y aprobarlo en su caso. Reseñó en este punto que el Ayuntamiento lo aprobó en su momento sin la correspondiente evaluación ambiental, un trámite que actualmente lleva a cabo la Consejería de Medio Ambiente.
"Cuando esa evaluación esté terminada, veremos si todo lo que prevé el POM es sostenible o hay que recortar el desarrollo en algún ámbito. En función de ello, propondremos la aprobación de la totalidad del Plan, como quiere el Ayuntamiento, o recortaremos por sectores si Medio Ambiente dice algo distinto", detalló.
VEGA BAJA DE TOLEDO.
En cuanto a la Vega Baja de Toledo, el consejero señaló que el Ayuntamiento "cometió un error bastante considerable en su momento" al "no prevenir antes que curar", en una actuación donde hay informes de 2001 de la Empresa Municipal de Vega Baja donde advierte de la presencia de restos visigodos.
"Pese a ello, fue para adelante en el desarrollo de este sector, y fueron las consejerías de Cultura y Urbanismo las que plantearon las excavaciones", resaltó Gil. Así, acusó también al alcalde de Toledo de adjudicar las parcelas y el proyecto de urbanización "demasiado precipitadamente", apareciendo después "restos de distinta importancia, pero en ningún caso despreciables".
Todo ello provocó, en su opinión, una "situación de incertidumbre" en la que el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, "tomó la iniciativa y dijo que lo que queremos es ver qué hay de verdad".
Gil explicó que el inicio del expediente de Vega Baja como Bien de Interés Cultural (BIC), sea luego reconocido como tal o con otra figura de protección, total o parcialmente, será el que permitirá integrar "un tipo de urbanismo u otro, todo en función de lo que determinen los arqueólogos".
Por último, detalló que la legislación en materia de patrimonio determina que el plazo máximo desde que se inicia un expediente BIC hasta que termina son dos años y por tanto en ese plazo se harán los trabajos. "En función de lo que resulte, habrá que rediseñar ese barrio, y prever si será de una manera u otra sería prematuro", concluyó.
