TOLEDO 21 May. (EUROPA PRESS) -
El portavoz y vicepresidente primero del Ejecutivo castellano-manchego, Fernando Lamata, negó hoy que exista una situación de catástrofe, pero admitió que la situación económica es "complicada". Por ello, no quiso entrar en calificaciones, y dejó claro que lo importante es hacer una llamada de atención a la sociedad porque existen "turbulencias económicas".
A preguntas de los medios, durante la rueda de prensa para dar cuenta de los acuerdos aprobados esta semana por el Consejo de Gobierno, explicó que desde la Comunidad Autónoma se han puesto en marcha una serie de iniciativas como el Plan Regional de Medidas Extraordinarias para hacer frente al incremento del paro registrado, la aceleración de la inversión en obra pública o el Plan de Vivienda.
Por tanto, dijo, el Gobierno castellano-manchego no quiere discutir "sin son galgos o podencos", si no que "nos pongamos manos a la obra". Así, reconoció que los empresarios y los sindicatos se han puesto "codo con codo" con el Gobierno regional a trabajar para impulsar la actividad económica que permita el mantenimiento del empleo o la menor destrucción de empleo posible".
En este sentido, el vicepresidente primero de la Junta de Comunidades lanzó un mensaje de preocupación, pero no de alarma, ya que esta idea catastrofista contribuye a que las cosas vayan peor. Seguidamente, dijo que "si damos mensajes muy negativos sobre la situación, lanzamos señales negativas a inversores y al consumidor" y apostó "por no engordar la pelota" y reflexionar sobre crear nuevas estructuras que puedan gobernar mejor el sistema internacional.
Finalmente, el portavoz del Gobierno indicó que "vamos a seguir trabajando coordinadamente con empresarios y trabajadores como estamos haciendo, y todos juntos vamos a poder conseguir que esta situación económica sea la situación más favorable, y que el impacto negativo sea el menor posible. Creo que en esto coincidimos todos", concluyó Fernando Lamata.