TOLEDO, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
La presunta autora de la muerte del anciano de 87 años que apareció muerto la pasada semana en el Casco Histórico de Toledo, lo asesinó para robarle 600 euros, según lo explicó esta mañana en rueda de prensa, en delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Javier Corrochano. Los hechos se conocían el pasado jueves, 13 de diciembre, cuando los vecinos de la calle San Miguel alertaban a la policía tras encontrar restos de sangre en las inmediaciones de la vivienda sobre las 9.00 horas.
Corrochano aseguró que la policía se personó en el lugar, encontró restos de sangre en la ropa del fallecido, además de gotas que recorrían las escaleras hasta finalizar en la puerta de una vivienda del bloque que además tenía manchado de sangre el interruptor de la luz de entrada.
Esto indujo a los agentes a pensar que los supuestos asesinos podrían ser vecinos de la vivienda por lo que se procedió a su detención, para lo que se solicitó una orden de registro de la vivienda sobre las 14.40 horas.
Previo al registro se produjo la detención de un hombre de unos 50 años y nacionalidad española que responde al nombre de V.C.L. y que también vivía en el inmueble al que condujeron los restos de sangre.
En el registro a la vivienda de la presunta asesina y el detenido, que ha quedado en libertad sin cargos y que supuestamente "sólo compartía piso" con la presunta autora de los hechos, la policía comprobó que toda la ropa de la mujer estaba lavada en el interior de la lavadora, incluido unas zapatillas.
Los agentes también encontraron dos fundas de cuchillo jamonero, una que tenía en el interior, y otra que no, lo que ayudó a comprobar que pertenecía al arma con la que se había llevado a cabo el crimen.
Además, en el interior de la vivienda aparecieron una chaqueta de chándal y una toalla manchadas de sangre haciéndose cargo la policía científica de todos estos efectos y recogiendo al mismo tiempo muestras de sangre de la vivienda.
LOCALIZACIÓN Y DETENCIÓN.
A la vista de estas circunstancias, según el delegado del Gobierno "se dicta orden de localización y detención de Yolanda F.A. de 38 años y se monta un dispositivo de seguridad ciudadana y policía judicial para su localización" y sobre las 22.30 horas se tiene conocimiento de que la detenida pudiera estar hospedada, o al menos tenía hecha reserva, en un hostal de la ciudad.
Para su búsqueda se montó un dispositivo tanto en el hostal como en la vivienda. Sobre las 23.30 horas, la presunta asesina llegó al hostal, se produjo su detención y se le intervinieron una serie de billetes de 50 euros con manchas de sangre comprobándose que presentaba en sus manos señales de lucha y de cortes.
Previamente, los policías que estaban montando servicio de espera en el hostal habían preguntado por el dinero que ella había entregado para hacer la reserva y comprobaron que los 200 euros, correspondían a cuatro billetes de cincuenta manchados con sangre.
En su detención, se le intervienen los billetes manchados de sangre que lleva encima y se le tomó declaración, pasando los dos acusados a disposición judicial. El primer vecino, quedó en libertad sin cargos y su Señoría dictó para ella, prisión incondicional sin fianza.
Corrochano indicó que "a la vista de las pruebas, el móvil fue el robo" y destacó que a parte de los 200 euros que dio de reserva en el hostal, llevaba otros 350 euros en el momento de la detención. El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha afirmó que "no había revolución en la casa porque se conocía perfectamente que el señor llevaba el dinero que cobraba de los alquileres siempre en una cartera" por lo que sólo es la ropa lo que se le registró.
La muerte debió producirse según los indicios con los que cuenta la policía, sobre las 19.45 horas y las 20.30 horas de la tarde del día 12 de diciembre, mientras que la policía no tuvo constancia del suceso hasta las 9.00 horas del jueves, cuando los vecinos alertaron a la policía.
Finalmente, Francisco Javier Corrochano quiso destacar "la magnífica coordinación por la que felicita a la policía en general y muy particularmente a los miembros de la Policía científica que intervinieron en el acontecimiento. Sólo esta coordinación permite que un supuesto asesinato de estas características, estuviese prácticamente resuelto tan sólo a las tres o cuatro horas, y que en el mismo día estuviera detenida la supuesta homicida".
