Tribunales.- Los testigos del asesinato de Quintanar (Toledo) coinciden en que el acusado estaba "nervioso y agresivo"

Actualizado: martes, 13 enero 2009 20:52

Reconocen que la víctima había recibido "una tremenda paliza", presentaba moratones en abundancia, y "no se podía ni mover"

TOLEDO, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los diferentes testigos que declararon hoy durante la segunda sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia Provincial de Toledo por el asesinato de un hombre de 84 años en su domicilio de Quintanar de la Orden (Toledo), en julio de 2007, coincidieron hoy en que el acusado, José Ángel O.T., de 21 años, se mostró en el momento de los hechos "nervioso y agresivo", su actitud era descoordinada y "no sabía bien lo que decía".

Según explicó Miklea Emilia, una vecina del fallecido, Domingo P.S., y su esposa María, la secuencia de actos comenzó en un banco de madera situado frente a la puerta del edificio de viviendas donde ocurrieron los hechos. "Nos encontrábamos en el banco María, Domingo y yo, cuando Domingo decidió subir a casa a cenar", señaló.

Seguidamente, apareció Francisco Canalejas Serrano, otro vecino, de 74 años, junto a su nieta. Todos juntos vieron aparecer a José Ángel O.T., que se dirigió a María en actitud cariñosa y, tras un breve saludo, en el que Miklea captó un leve olor a alcohol, el acusado preguntó a María por el fallecido y decidió subir a visitarlo.

En un intervalo, que se estima de unos 45 minutos, decidieron subir hasta el domicilio donde después se halló a la víctima. Una vez en el rellano de la casa, al que subieron en ascensor, ya que María se encuentra en silla de ruedas, llamaron a la puerta, "pero nadie abrió y se comenzaron a oír ruidos y golpes", narró Miklea, por lo que ésta decidió abrir la puerta con unas llaves que poseía de la vivienda, ya que prestaba usualmente ayuda al matrimonio, a parte de los cuidados que ambos recibían por parte de una asistenta.

Al abrir la puerta, sólo Miklea, quien reconoció que sintió "mucho miedo", logró entrar en la casa, ya que el acusado cerró la puerta. En este momento, se encontró a Domingo tendido en el suelo con signos de violencia, y cuando se agachó a socorrerlo recibió dos patadas por parte del acusado, una en la cabeza y otra en la espalda, explicó.

En estos momentos, el acusado "muy nervioso y agresivo" le pidió reiteradamente las llaves del domicilio que, finalmente, Miklea accedió a darle, cerrando la puerta desde el interior. En este momento, Miklea aprovechó para abrir la ventana del salón, pedir ayuda a sus vecinos y saltar a la ventana del domicilio colindante.

Por otra parte, los dos agentes de Policía Local que acudieron al lugar el día de los hechos, explicaron en sus declaraciones que cuando llegaron al lugar se encontraron con una mujer, que resultó ser Miklea, en el balcón de una vivienda pidiendo auxilio.

Una vez que llegaron al rellano de la vivienda, el 2ºB, se encontraron con la puerta cerrada y con que nadie abría. Además, en el interior de la vivienda escucharon la voz masculina de un joven que decía "te voy a matar", por lo que decidieron, con la ayuda de dos jóvenes de origen rumano, forzarla para acceder al domicilio.

Una vez dentro, se vieron obligados a reducir a la fuerza al acusado, que se encontraba encerrado en el cuarto de baño, y presentaba una brecha en la cara, ya que se encontraba en un estado de gran nerviosismo, agresividad y descoordinación de sus pensamientos y sus palabras, explicaron.

Asimismo, observaron en el interior de la vivienda papeles, cajones y armarios revueltos, y a Domingo P.S. tendido en el suelo, con "múltiples moratones", que indicaban que había recibido una brutal paliza, "mucha sangre que le brotaba de la boca", por lo que se vieron obligados a moverlo, ya que aún conservaba la vida.

Del mismo modo, ambos agentes de Policía Local aseguraron que el acusado, José Ángel O.T., no posee antecedentes de agresiones, y que "era una persona normal".

"NO SABÍA LO QUE HABÍA HECHO"

Por su parte, los dos agentes de la Guardia Civil, que prestan servicio en la Comandancia de Quintanar de la Orden y que acudieron hasta el lugar de los hechos una vez que el acusado fue reducido por los agentes de Policía Local, explicaron que se encontraron a José Ángel maniatado de manos y pies en el pasillo.

Al preguntarle si tenía constancia de lo que había pasado, el acusado "no sabía lo que había hecho", y reconoció que había estado toda la tarde bebiendo alcohol, y que ingirió dosis de cocaína.

"Estaba nervioso y decía cosas incoherentes, como que dos rumanos habían puesto una bomba, o que un señor con una muleta había pegado a la víctima, señalando a un vecino que se encontraba por allí, pero que no tenía muleta ni nada, y que él le intentó defender", explicó uno de los agentes.

Otras afirmaciones que realizó el acusado fueron que se dirigió hasta el lugar para comprar droga a unos rumanos que vivían en el 2ºC, pero que se confundió y terminó en el 2ºB, "y me confundió con la carnicera del Ahorra Más", explicó una de las agentes de la Guardia Civil, quien apreció que el lugar se encontraba "como si se hubiera producido un robo, y de ahí la agresión".

Asimismo, recordó que cuando salieron del edificio había congregada una multitud de curiosos, a los que les enseñó los grilletes de las manos y gritó "esto es la revolución". Respecto a la víctima, resaltó que "había recibido una tremenda paliza y no se podía ni mover".

Finalmente, otro agente de la Guardia Civil, perteneciente a la Policía Judicial de Villacañas, que intervino en la elaboración del informe topográfico, es decir, en la recolección de pruebas fotográficas del lugar de los hechos, destacó que en el servicio se hallaron las gafas, que "posiblemente podrían ser del acusado", y múltiples manchas de sangre que indicaban "claramente" un intento de que alguien había estado limpiándose la sangre con agua.

También indicó que durante la recogida de huellas tuvo ocasión de charlar con el acusado, del que resaltó que "tenía los ojos muy saltones" y apreció que "no se encontraba bien, estaba adormecido y tenía sangre en las manos".

ACUSADO

Durante la intervención del acusado, éste indicó que el día de los hechos iba a la piscina, cuando recibió una llamada de un primo suyo diciéndole que había terminado la carrera de Magisterio e invitándole a celebrarlo.

Al mezclar el alcohol con los dos tipos de medicamentos que tomaba debido a un tratamiento de desintoxicación que seguía desde el mes de mayo, empezó a sentir "ansiedad", por lo que decidió llamar a su "distribuidor" de cocaína, de la cual consumió un gramo, momento a partir del cual "todo son lagunas", añadió el imputado.

José Ángel dijo no recordar haber dado "patadas ni nada" a la víctima, ni haberse encerrado en el baño, ni "dónde estaba ni qué hacía", aunque advirtió de que "los hechos me señalan" y "las pruebas lo certifican", algo para lo que no encontró explicación, pues él subió a saludar a la víctima "como quien va a visitar a una persona cercana".