El Comité de Iveco Valladolid pide una mesa de diálogo a la empresa, que plantea un posible ERE - EUROPA PRESS - Archivo
VALLADOLID, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 65 por ciento de los fabricantes de vehículos y de los fabricantes de componentes y sistemas de automoción de Castilla y León que conforman el Cluster de la Automoción (FACYL) considera que mejorará su cifra de facturación en 2022 respecto al ejercicio precedente, 2021, "pero sin llegar a 2019", el año previo a la pandemia del coronavirus y a las sucesivas crisis de los semiconductores, del alza de los precios y de la guerra en Ucrania.
Esta es una de las principales conclusiones de una reciente encuesta realizada por FACYL entre "la práctica totalidad del sector" en la que dos de cada tres fabricantes de vehículos y de componentes y de sistemas de automoción de la Comunidad prevén que este año mejorarán sus cifras de facturación, tras un primer semestre en una situación "más precaria".
"La segunda parte del año parece que va a ir bien", ha destacado el presidente del Cluster de la Automoción de Castilla y León, Félix Cano, quien, en una entrevista con Europa Press, ha augurado no obstante que para llegar a los niveles de producción y de facturación de 2019 habrá que esperar a 2024 con 2023 como un año de estabilidad o de crecimientos "muy moderados todavía", una evolución que "no estaría mal", ha considerado, en ese reto de conseguir "la velocidad de crucero" en 2024.
Cano ha asegurado que de la encuesta se deduce que "sí hay mercado y pedidos concretos", además de una recuperación del stock de componentes que, "de no tener, se ha corregido en parte", y ha augurado que 2022 puede ser "bastante mejor en producción y en empleo" ya que algunas empresas han empezado a levantar los ERTE y a hacer contratos a lo que ha añadido que el 57 por ciento de los socios del Cluster de la Automoción de Castilla y León prevé aumentar su plantilla y el resto mantenerla.
A modo de ejemplo, ha recordado que algunos organismos también prevén un crecimiento del 2 por ciento para el conjunto del sector en España. "No es una mala noticia empezar a remontar porque vienes de descender", ha considerado el presidente de FACYL, que se ha confesado "moderadamente optimistas" aunque ha apelado a la "prudencia" consciente de que "cualquier circunstancia", como el recrudecimiento de la guerra, puede "dar la vuelta al calcetín" y "volver otra vez a las andadas", en alusión a las sucesivas crisis que ha encadenado el sector.
En clave de futuro, ha abogado por trabajar para romper la incertidumbre de los clientes en la decisión de compra de un vehículo, en la duda entre motorización de gasolina, diésel, híbrido o eléctrico puro, y ha aclarado al respecto que aunque no se puedan fabricar ni vender más coches de combustión desde 2035 no se prohibirá circular con ellos hasta 2050, como establece el Tratado de París.
Cano ha apostado también por adaptarse a los cambios en el sistema de propiedad de los vehículos ante la posible demanda de vehículos rotatorios de alquiler, frente a los coches en propiedad que están un 90 por ciento del tiempo parados, y ha expresado su deseo de que acabe la crisis de semiconductores y de que el combustible vuelva a precios "más razonables" ya que en algunas estaciones de servicio superan los 2,0 euros en todos los tipos.
Respecto a los diferentes PERTE de la automoción ha opinado que no son suficientes y ha hecho un llamamiento al sector para que salga de la "atonía" con una petición expresa a que haya ayudas a "inversiones tangibles, concretas e inmediatas" en materia de innovación o de maquinaria más automatizada y más basada en las nuevas tecnologías para no quedarse atrás respecto a la innovación que se hace en otros continentes. "Requiere dinero y hacerlo", ha aseverado.
"En Europa hemos estado encogidos. Hay que hacer cosas más rápidos para conseguir una mayor productividad", ha reflexionado el presidente del Cluster de la Automoción de Castilla y León que ha aclarado que ese precepto es distinto al de competitividad.
VE PELIGROSO QUE ALEMANIA CAIGA EN RECESIÓN
Preguntado por las consecuencias de la decisión de Argelia de congelar el comercio con España, le ha restado importancia porque no es un gran consumidor de vehículos, a diferencia de Alemania donde sí augura un problema si entra en recesión empujada por el corte del suministro ruso de energía. "Eso puede ser peligroso", ha advertido.
"Hay que saber de dónde venimos para saber a dónde vamos", ha aconsejado Cano que ha hecho especial hincapié en la importancia de analizar la realidad del sector de la automoción en Castilla y León "mirando hacia atrás" ya que, según ha recordado, la situación de dificultades del sector no es reciente y ya se había deteriorado con la pandemia, a la que siguió la crisis de semiconductores, el alza del precio de la energía, después, y las consecuencias de la guerra en Ucrania como colofón.
"Las cosas han sido muy graves, gravísimas", ha rememorado el presidente de FACYL que ha insistido en la necesidad de hacer pedagogía sobre el pasado, ante la posibilidad de caer en una actitud infantil de taparse los ojos frente a los problemas para hacer como que no han pasado.
"Se sufrió muchísimo en el año de la pandemia", ha evidenciado Cano que ha recordado que en 2020 el sector tuvo que parar en su totalidad, "más o menos" en función del cliente, lo que se tradujo en una bajada "bastante grande" en la producción de automóviles y de vehículos ligeros respecto al año anterior.
En el caso concreto de Europa se dejó de fabricar un 16 por ciento, en España un 33 por ciento y en Castilla y León un 36 por ciento, "todavía peor", ha apostillado el presidente del Cluster que ha cifrado la pérdida de jornadas de trabajo en 44 millones de horas a lo largo de 2020 en todo el sector, lo que "da idea", ha reiterado, del "gravísimo escenario" que dejó la pandemia.
"Recuperarse de todo esto cuesta y va a costar bastante", ha aseverado el presidente de FACYL que, en ese repaso de lo sucedido para analizar la actualidad del sector, ha recordado que 2021 "no fue mejor"
e, incluso, cayó más sobre 2020, por el "importantísimo" incremento de las materias primas por el 'shock de oferta' --"se paralizaron incluso las minas", ha precisado--, y por la crisis de la energía que, según ha aclarado también, se produjo "mucho antes" de la guerra en Ucrania, que se ha iniciado en 2022.
Félix Cano que ha explicado que las empresas pasaron de pagar 40 euros por megavatio antes de verano de 2021 a hasta días de 700 euros, "una barbaridad que todavía no se ha corregido". "En 2021 llovió sobre mojado", ha sentenciado el presidente del Cluster que ha constatado que en el primer semestre del año se ha seguido perdiendo producción respecto al año previo a la pandemia pero "no al mismo nivel".