Argüello aboga por una "revolución cultural" contra el individualismo para revertir así la caída de la natalidad

El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, durante la lectura de su homilía de celebración en honor a la Virgen de San Lorenzo de este jueves, 8 de septiembre
El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, durante la lectura de su homilía de celebración en honor a la Virgen de San Lorenzo de este jueves, 8 de septiembre - EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 8 septiembre 2022 13:22

Nombra a Jesús Fernández Lubiano, párroco de la Sagrada Familia y San Ildefonso, para el cargo de Vicario General de la Diócesis

VALLADOLID, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha abogado por la puesta en marcha de una "revolución cultural" contra el individualismo para revertir la caída de la natalidad, objetivo en el que, tal y como apunta, "hacen falta políticas en favor de las familias gestantes aunque éstas son seguramente insuficientes".

Así lo ha planteado en su eucaristía, recogida por Europa Press, con motivo de la celebración de la festividad de La Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid, en una abarrotada Catedral en la que ha aprovechado para anunciar el nombramiento de Jesús Fernández Lubiano, natural de Pesquera de Duero y párroco de la Sagrada Familia y San Ildefonso, como nuevo Vicario General de la Diócesis.

En este acto ha estado presente el alcalde de la ciudad, Óscar Puente; el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo; el presidente de la Diputación vallisoletana, Conrado Íscar; miembros del Gobierno municipal y de la oposoción, así como cientos de fieles que se han congregado para recibir la imagen de la Virgen de San Lorenzo a su entrada a la seo vallisoletana.

Antes de pronunciar su homilía, el nuevo arzobispo de Valladolid ha agradecido a la Policía Municipal de la ciudad por su labor a la hora de cuidar de los ciudadanos durante los festejos populares.

El arzobispo se ha hecho eco de esta forma de las noticias que apuntan a la reducción drástica de la natalidad en las últimas décadas y en tal sentido sostiene que quizás precisemos de una "verdadera revolución cultural que haga retroceder el individualismo, que ayude a encontrar sentido al sacrificio y a la alegría de alumbrar una nueva vida, que revalorice la importancia y significado para el bien propio y el común de ser madre y padre, que ayude a descubrir la alegría de trasmitir y cuidar la vida".

A esta revolución cultural los cristianos la llamamos conversión y Evangelio. "En realidad uno piensa que la razón más profunda que podría cerrar la puerta a la vida es la falta de esperanza, de esperanza honda, radical. Esperanza en la vida eterna", advierte.

El prelado, en cuanto al crecimiento vegetativo negativo, no ve nada claro determinadas afirmaciones de algún economista que, tratando de explicar este fenómeno con criterios puramente técnicos, alude a que la sociedad postcapitalista no necesita que un nuevo bebé traiga un pan bajo el brazo, pues cada vez podremos producir más y mejor con menos población, ni necesitamos más para promover un consumo de calidad, sostenible por razones ecológicas y culturales para una lectura posthumana de la Agenda 2030.

"Las cosas no deben de estar tan claras pues también ha sido noticia este verano que en China, preocupados por el envejecimiento de la población, han propuesto nuevas políticas preferenciales de acceso a la vivienda, mayor flexibilidad laboral o ayudas fiscales y a la educación con el objetivo de crear un entorno favorable al matrimonio y la fertilidad", advierte Argüello, quien recuerda que también quieren los chinos--"que no son Padres de la Iglesia"--revertir el recurso al aborto como método anticonceptivo que se generalizó en la época en la que la República Popular imponía la política del hijo único.

ACORDAR DECISIONES CLAVES PARA EL FUTURO

A lo largo de la eucaristía, Luis Argüello ha incidido también, en esta época de cambios acelerados, en la necesidad de tener una perspectiva de la vida a largo plazo, "¡pensar en las generaciones que nos sucederán y ponernos de acuerdo en decisiones importantes que marcarán el devenir del futuro!"

"La anchura del tiempo pide espera y paciencia, acogida y cuidado de aquellos con los que compartimos la peregrinación. Sí, porque el tiempo es profundo y tiene un significado, en realidad se trata de un viaje que está marcado por la esperanza de llegar a la meta. El origen del viaje, el don de la vida recibida y el fin del viaje, el don de la vida que nos acoge, marcan el significado del tiempo", subraya el prelado.

Argüello también ha señalado el verdadero sentido de nuestra existencia. "La razón que descifra el significado de nuestra existencia es que hemos sido llamados, llamados por amor a la vida y al amor. Responder a esta llamada es el tesoro escondido de nuestra vida", explica el arzobispo, a pesar de que actualmente impere el criterio de la autoafirmación, el criterio de "siento, luego vivo".