VALLADOLID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
La joven vallisoletana Elsa Rodríguez evitó encontrarse con el asesino de Múnich, Ali David Sonboly, en los pasillos del centro comercial Olympia gracias a que la amiga que la acompañaba encontró en el último momento un par de zapatos que decidió cambiar por el que ya había adquirido.
"Si no hubiéramos encontrado los zapatos no estaríamos vivas", ha señalado en declaraciones a Europa Press Elsa Rodríguez, quien trabaja en Múnich en un despacho de abogados hispano-alemán y vive muy cerca del centro comercial en el que se produjo la tragedia, en la que murieron nueve personas, y al que suele acudir habitualmente.
La joven de 26 años reconoce que aún sufre angustia tras lo vivido, pero aún así cree que este tipo de hechos que, aunque no sea un atentado terrorista considera que persigue los mismos fines, no deben cambiar su ritmo de vida, que a su juicio es el objetivo final de estos crímenes.