La Junta concede autorización para este tradicional juego a 96 establecimientos de 67 localidades de la Comunidad
VALLADOLID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Junta ha concedido autorización a 96 establecimientos hosteleros repartidos en 67 localidades de las provincias de Burgos, León, Palencia, Segovia, Valladolid y Zamora para la organización del tradicional juego de las chapas durante esta Semana Santa, entre Jueves Santo y Domingo de Resurrección.
Según ha informado la Junta en un comunicado recogido por Europa Press, el juego de las chapas constituye una costumbre "profundamente arraigada en municipios de todo tipo, aunque es en las zonas rurales donde sigue desarrollándose con mayor fuerza".
Esta actividad está regulada por el Catálogo de Juegos y Apuestas de Castilla y León, que recoge sus normas, y por un reglamento específico que establece su organización y la necesidad de contar con autorización administrativa.
Por provincias, León encabeza la lista con treinta establecimientos autorizados, situados en localidades como Bembibre, Benavides de Órbigo, Cembranos, Cistierna, Gordoncillo, Jabares de los Oteros, La Bañeza, León, Mansilla de las Mulas, Palacios del Sil, Ponferrada, Sahagún, Sahelices del Payuelo, San Andrés del Rabanedo, Santa María del Páramo, Trobajo del Camino, Valderas, Valencia de Don Juan, Veguellina de Órbigo, Villablino y Villamañán.
En Palencia se han autorizado 25 establecimientos en Aguilar de Campoo, Alar del Rey, Amusco, Buenavista de Valdavia, Cervera de Pisuerga, Espinosa de Villagonzalo, Herrera de Pisuerga, Lagunilla de la Vega, Lantadilla, Melgar de Yuso, Osorno, Palencia, Saldaña, Santibáñez de la Peña, Sotobañado y Priorato y Venta de Baños.
La provincia de Valladolid cuenta con 23 bares autorizados, distribuidos en Alcazarén, Carpio, Cigales, Herrera de Duero, Íscar, La Seca, Mayorga, Medina del Campo, Mojados, Nava del Rey, Tordesillas, Torrelobatón, Tudela de Duero, Valladolid, Villalón de Campos, Villanueva de los Caballeros y Zaratán.
En Burgos, nueve establecimientos han recibido autorización en Boada de Roa, Fuentespina, Los Balbases, Melgar de Fernamental, Roa y Villadiego.
Por su parte, Segovia contará con cinco bares en Ayllón, Cuéllar, Riaza y Sacramenia; y en Zamora han sido autorizados cuatro locales en Benavente, Olmillos de Valverde y Santa Cristina de la Polvorosa.
JUEGO TRADICIONAL
El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha destacado que el juego de las chapas es una tradición clave que forma parte de la identidad de la Semana Santa en numerosos pueblos de Castilla y León.
Las monedas con las que se juegan son dos 'perras gordas', que era la moneda de 10 céntimos de la época de Alfonso XIII, en cuyo reverso se traza, normalmente pintada, una cruz o aspa, y consiste en lanzar dos monedas conocidas como perras gordas, mientras los participantes, agrupados en corro, intentan adivinar si ambas mostrarán la misma cara.
El organizador del juego, denominado "baratero", asume una tasa administrativa de algo más de treinta euros para poder ejercer durante las fechas festivas, mientras un jugador actúa como banca y se encarga de lanzar las monedas, además de fijar la cantidad de dinero apostada.
El reglamento establece que las apuestas deben realizarse exclusivamente en efectivo, prohíbe el uso de bienes muebles, inmuebles o animales y permite celebrar el juego en espacios cerrados o al aire libre, siempre que se cuente con la autorización municipal correspondiente, bajo luz natural y a más de cien metros de cualquier centro educativo.
Entre las infracciones consideradas graves o muy graves figuran la organización de partidas clandestinas, la manipulación del material de juego, el impago de premios y las conductas irrespetuosas hacia los participantes.
González Gago ha destacado que "esta tradición representa, sobre todo, una forma de socialización y de diversión colectiva, y en ningún caso debe existir engaño en su práctica".
El juego de las chapas estuvo prohibido durante la dictadura del General Franco aunque se siguió celebrando de forma clandestina, sobre todo en Jueves y Viernes Santo. Además, hay leyendas populares que hablan de partidas en las que se apostaron grandes sumas de dinero, propiedades e incluso la mujer o la hija.
En cuanto a la tradición, el evangelio de San Juan explica que cuando los soldados se repartían la ropa de los crucificados y la echaban a suertes en lotes dejaban aparte la túnica porque estaba tejida de una sola pieza y sin costuras (no cosida o inconsútil). Las monedas con las que se juegan son dos 'perras gordas', que era la moneda de 10 céntimos de la época de Alfonso XIII, en cuyo reverso se traza, normalmente pintada, una cruz o aspa.
Este juego de azar, totalmente regulado en la actualidad con prohibición de cualquier apuesta que no sea dinero en metálico --el decreto prohíbe expresamente efectuar apuestas sobre animales, bienes muebles o inmuebles o sobre su correspondiente valor económico-- consiste en lanzar dos monedas al aire con la posibilidad de que salgan dos caras o dos cruces, que es lo que genera las apuestas ya que si salen cara y cruz no gana nadie y se repite la jugada.
El lugar en el que se desarrolla el juego es conocido como el 'corro' ya que los jugadores se suelen colocar en círculo para rodear al lanzador de las monedas. Todo el proceso está organizado por el 'baratero' que, además de lanzar las monedas al aire para saber quién inicia el juego, se encarga de animar las apuestas y de cuidar el orden de la timba y el pago de las apuestas, de las que percibe un porcentaje.
Tras colocar las chapas cruz con cruz, las monedas se lanzan al aire lo más vertical y horizontalmente posible --si hay techo y las monedas lo tocan queda anulado el lanzamiento--. Si al caer al suelo salen caras ganan los que hayan apostado a caras y si salen cruces los que hayan apostado a esta posibilidad.
Según las normas de este popular juego, puede ocurrir que cuando las monedas están en el aire algún apostante quiera anular la tirada para lo que tiene que decir 'barajo' para que el 'baratero' anule la apuesta de este jugador.
El jugador que inicia la apuesta suele jugar contra el resto, que es la banca, y siempre debe elegir caras y seguir tirando hasta que falle para pasar entonces el turno a otro apostante de signo distinto. No hay límite de dinero ni de tiempo.
Entre los aspectos llamativos de este juego de azar es que los importes de las apuestas se depositan en el suelo por lo que es habitual ver acumuladas grandes sumas de dinero. Además, en algunos corros se permiten las apuestas 'por fuera', es decir apuestas entre jugadores que pueden estar o no en el 'corro' lo que puede provocar algunos problemas o disputas ya que el 'baratero' no recibe un tanto por ciento de ellas.