García-Escudero denuncia el "desequilibrio" entre cámaras y echa de menos la comparecencia de ministros en el Senado

AVILA 6 Jul. (EUROPA PRESS) -

El portavoz del Grupo del Partido Popular en el Senado, Pío García-Escudero, denunció hoy el "desequilibrio" entre el Congreso y la Cámara Alta después de se haya rechazado en la Cámara Baja de las modificaciones realizadas en los proyectos de ley por parte del Senado, a la vez que lamentó la falta de comparecencias de los ministros.

Con motivo de la reunión en Ávila del Consejo de Dirección del Grupo Popular del Senado, donde se analizó el curso político, los responsables del PP en la Cámara Alta elaboraron en calendario del próximo periodo de sesiones, en el que se discutirán los Presupuestos Generales del Estado para 2007 y el Debate sobre el Estado de la Autonomías.

Sobre este último, García-Escudero aseguró "no tener ninguna noticia" por parte del Gobierno, si bien el PP quiere plantear en él la reforma de los estatutos de autonomía y la modificación del modelo territorial.

"Hay muchos ministros--dijo, por otra parte--que llevan sin comparecer ante las comisiones del Senado, teniendo la obligación de ello", y destacó entre ellos al ministro Jesús Caldera, "que se lleva la palma, porque tiene pendientes muchos asuntos en la Comisión de Trabajo y de las Comunidades Autónomas".

Según el portavoz del PP en el Senado, se encuentran pendientes "nueve comparecencias de ministros en la Comisión General de Comunidades Autónomas de la Cámara Alta, y criticó que el Ejecutivo desoiga las propuestas del Senado al no responder en el preceptivo plazo de seis meses las mociones aprobadas en el Senado.

García-Escudero subrayó, por otro lado, la tramitación por consenso de la reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana y la del Estatuto de Cataluña, sin acuerdo, como los dos asuntos relevantes del último período de sesiones en la Cámara Alta.

Respecto al estatuto catalán, lo denominó "menguante" porque tras ser aprobado por el 90 por ciento de diputados en el Parlamento catalán, se redujo al 54 por ciento en el Congreso y al 49 en el Senado.