VALLADOLID, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
El portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, ha cifrado este jueves en un total de 1.213 los sanitarios que están de baja por coronavirus en la Comunidad Autónoma, una "cifra importante", según ha reconocido, pero que no es tan alta como en su momento.
Según ha detallado el portavoz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el mayor número de profesionales de la sanidad de baja por COVID afecta a la enfermería, como 401, seguidos de los médicos, con 226, y de los auxiliares, con 200, a los que se suman 98 celadores mientras que el resto de los trabajadores del sector de baja por COVID pertenecen a "otros colectivos".
El portavoz ha explicado que en la mayor parte de los casos se trata de personas con síntomas "leves" e, incluso, asintomáticas si bien no ha ocultado la "preocupación" de este incremento de bajas por COVID al coincidir en el tiempo con el "derecho legítimo" a las vacaciones del verano, a los habituales problemas para encontrar sanitarios y a la mayor actividad por el plan de choque de Sanidad para reducir las listas de espera.
Dicho esto, ha insistido en que el impacto de la actual ola de coronavirus en los hospitales, en general, y en las UCI, en particular, "no tiene nada que ver" con el de las anteriores olas si bien ha aclarado que eso "no quita en nada alguno que no prepocupe".
Y preguntado por la estrategia de vacunación frente al coronavirus, el portavoz de la Junta ha apelado a los acuerdos que se puedan alcanzar en el seno del Consejo Interterritorial de Salud, donde Castilla y León va "con ánimo de acuerdo y de consenso" previo "aval científico", a la espera de los expertos se pronuncien sobre la eficacia de las vacunas a las nuevas variantes que "poco tienen que ver" con la cepa primigenia y si es "oportuno" esperar a una la polivalente.
El portavoz se ha limitado a hacer especial hincapié en el necesario "uso responsable" de las mascarillas especialmente en interiores o en los casos en los que no haya una ventilación adecuada o en los que no se puede guardar la distancia de seguridad, a lo que ha sumado a las personas que viven con pacientes vulnerables. "En la séptima ola, todos sabemos cómo comportarnos en los momentos de mayor riesgo", ha considerado.
En el mismo sentido se ha pronunciado la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, que ha reconocido que los casos en las residencias están subiendo "levemente" ya que estos centros no son burbujas, máxime ante unas variantes "de tanta transmisibilidad" como actuales con las que "es fácil el contagio".
Blanco ha aclarado que la Junta no va a prohibir ni a limitar los derechos de los residentes si bien ha abogado por "extremar las medidas de precaución" en los centros residenciales como ha ocurrido en Los Royales de Soria, donde hay 40 personas positivas por un brote que se detectó al hacer una prueba a una usuaria en el hospital al que acudió por otro asunto.
Según ha explicado, el estar en contacto con muchos residentes y tras detectarse esos 40 casos positivos el centro prefirió no aislar a cada residente en sus habitaciones y optó por aislar un ala de la residencia para que se puedan mover "con toda la libertad" ya que presentan síntomas leves o asintomáticos.