La OSCyL viajará al Londres de los 60 con 'Powder Her Face' de Adès, al New York de Gershwin y a la Rusia de Stravinski

La pianista Judith Jáuregui
CCMD
Actualizado: martes, 10 junio 2014 11:36

VALLADOLID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) afronta los próximos viernes y sábado el penúltimo concierto de la temporada, que llevará al público a viajar al Londres de la década de los 60 de mano de la obra 'Powder Her Face' de Thomas Adès, que abordará por primera vez.

Bajo la batuta del principal director invitado Jaime Martín, la OSCyL interpretará por primera vez las Danzas de la ópera de cámara 'Powder Her Face' op. 14 del británico Thomas Adès, basada en la vida sexual de la Duquesa de Argyll y que, con libreto del también británico Philip Hensher, fue motivo de escándalo en 1963.

El texto es "tan explícito", según la información difundida por el Auditorio Miguel Delibes y recogida por Europa Press, que llevó a la radio inglesa a considerar inadecuada la retransmisión de una obra que cuenta con un lenguaje musical "moderno" en el que se encuentran elementos del jazz, el tango y música popular de la época.

Del ambiente de la sociedad londinense de los años 60 la OSCyL y los espectadores viajarán, de mano de la pianista Judith Jáuregui, al Nueva York de los años 20 a través del Concierto para piano y orquesta de George Gerswhin, que él mismo estrenó en 1925.

"Muy próxima al jazz y a la música negra, es una de las obras más emblemáticas del genial músico", destacan las mismas fuentes antes de recordar que el propio compositor explicaba cómo el primer movimiento emplea "un ritmo de charlestón, rápido e impulsivo que representa el joven y entusiasta espíritu de la vida americana" mientras que el segundo conduce a una "poética atmósfera nocturna" que tiene que ver con lo que se ha llamado el blues americano "pero en una forma más pura de como habitualmente se trata".

La segunda parte del concierto tendrá como protagonista al ruso Igor Stravinski y su ballet 'Petrushka', estrenado "con gran éxito" en París en una producción de Diaghilev, con coreografía de Fokine.

El piano, "la clara imagen de una marioneta dotada súbitamente de vida que exasperaba a la orquesta con sus diabólicas cascadas de arpegios" y "amenazantes" toques de trompeta caracterizan, según el propio compositor, el proceso creativo de la segunda escena del ballet.