VALLADOLID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El otoño fue "normal" en Castilla y León, con temperaturas por debajo de lo normal en noviembre y el septiembre más lluvioso del siglo XXI, enero se prevé que la climatología sea la habitual pare la época y febrero y marzo sean secos y temperaturas más agradables de lo que suelen ser estas fechas.
Así lo ha señalado el jefe de predicción de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunidad, Jesús Gordaliza, quien ha hecho un balance del otoño y ha señalado las previsiones para los próximos días y las estimaciones de los próximos meses en una rueda de prensa acompañado por la delegada del Gobierno, Virginia Barcones.
Gordaliza ha señalado que el otoño fue "normal", aunque con un carácter térmico en noviembre más frío de lo habitual y el septiembre más lluvioso de este siglo, con Zamora con récord de lluvias.
En concreto, la temperatura media registrada en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2021 deja un balance de otoño normal en la mayor parte de Castilla y León, aunque en zonas del noroeste el carácter es de periodo cálido y en zonas de la mitad sur y sureste ha sido ligeramente frío.
La temperatura media en Castilla y León en el trimestre septiembre-octubre-noviembre fue de 12,4 grados, lo que le convierte en el séptimo otoño más frío del Siglo XXI. Iguala el valor promedio del treintenio 1981-2010, es el undécimo otoño consecutivo en el que iguala o supera el valor de referencia de este período, pero 2 décimas inferior al del treintenio 1991-2020.
El día más cálido fue el 6 de septiembre (temperatura media 23,3 grados) y los más fríos el 27 y 28 de noviembre (temperatura media de 2,0).
El 6 de septiembre la temperatura mínima en Segovia fue 22,1 grados, el valor más alto de esta variable registrado en la ubicación actual del Observatorio. El valor anterior era 22,0 grados registrado el 5 de septiembre de 2006.
Se han registrado, de media, 18 días de helada cuando el valor normal es de 13 días (período de referencia 1981-2010). Como episodios destacados, en octubre destacó el prolongado episodio cálido que se extendió entre los días 6 y 21, en el que las temperaturas, especialmente las máximas diarias, se situaron por encima de los valores normales para la época del año.
En cuanto a las precipitaciones, en el trimestre otoñal han estado en su mayoría comprendidas entre 138 y 210 litros por metro cuadrado, lo que supone un ligero déficit, un 4 por ciento, respecto al treintenio 1981-2010, con un promedio de 25 días de precipitación apreciable.
HÚMEDO Y SEPTIEMBRE LLUVIOSO
El de 2021 ha sido el octavo otoño más húmedo del siglo XXI. El balance global es de periodo normal, aunque en áreas del noroeste de la región y en el suroeste de Burgos y zonas limítrofes ha sido seco, localmente muy seco en áreas del Bierzo y de Sanabria, mientras que en la mayor parte de la Cordillera Cantábrica, en gran parte de las provincias de Ávila y Soria, en el noreste de Salamanca y este de Zamora, así como en el tercio norte y este de Burgos, ha sido húmedo o muy húmedo. De hecho, se han llegado a superar los 800 litros po metro cuadrado en áreas próximas al Puerto de Trueba.
Septiembre fue un mes muy lluvioso, el décimo desde 1951 y el primero del Siglo XXI. En el Observatorio de Zamora se registraron 81 l/m*, el cuarto valor más alto de su serie histórica para el mes de septiembre, siendo el valor más alto desde 1969.
En cambio, el mes de octubre empezó siendo el más seco del Siglo XXI, con dos episodios de larga duración sin precipitación: entre el 4 y el 15 y entre el 18 y el 27. Sin embargo, las precipitaciones generalizadas de los tres últimos días del mes lo evitaron. Destacaron en estos días las acumulaciones registradas en Sierra de Béjar, Sierra de Gredos y Valle de Tiétar. La estación meteorológica automática de Candeleda (Ávila) acumuló en este período 249 litros por metro cuadrado sobresaliendo el día 29 con 140,6.
En los primeros días de noviembre se registraron nevadas, en general débiles y acompañadas de lluvia, en zonas altas, excepto el destacado episodio de nieve entre los días 22 y 28, asociado a la borrasca Arwen, con presencia de nieve en la mayor parte de la Comunidad, incluso en cotas inferiores a los 600 metros.
PREVISIÓN INICIO DEL AÑO
En cuanto a las previsiones que apuntan los modelos probabilísticos, que son una tendencia y hay que tomar con precaución, el responsables de la AEMET ha explicado que enero se prevé normal, febrero y marzo con anomalía positiva en temperaturas, que serán "más agradables", y en general secos.
En definitiva pueden ser un trimestre más o menos normal "tirando" a finales febrero y marzo a temperaturas un poco por encima de lo normal, aunque Gordaliza ha aclarado que se vigilará enero por si las precipitaciones pudieran llegar en forma de nieve, algo "normal" en cotas altas.
En cuanto a las posibilidades de que se produzca otro fenómeno como Filomena, las probabilidades según un estudio de AEMET basado en datos climatológicamente estadísticos, son de un 2 por ciento de posibilidad de repetición de un fenómeno de nieve extraordinario como aquel.
De hecho, las probabilidades de que un suceso de esa magnitud vuelva a repetirse por segundo año consecutivo, descienden al 0,04 por ciento, puesto que el periodo de retorno ronda los 50 años.
"Es posible pero con muy baja probabilidad", ha aclarado el jefe de predicción de la AEMET, quien ha advertido de que el cambio climático parece que aumenta la frecuencia de estos fenómenos y hay que estar "vigilantes" porque esta probabilidad en un futuro puede aumentarse.
"RADAR" PARA LA ADMINISTRACIÓN
Por su parte, la delegada del Gobierno se ha referido a los meteorólogos y al resto de funcionarios de la Delegación Territorial de la AEMET, 50 personas en total de las que diez están en predicción, como "el radar de la administración", además de ser útiles a la ciudadanía, ya que con su labor se pueden prevenir las consecuencias de los fenómenos meteorológicos.
Barcones ha señalado que con su trabajo se pueden evitar o afrontar situaciones difíciles y a las administraciones, prevenirlas, puesto que les proporcionan los parámetros del desarrollo de esos fenómenos adversos que afectan a carreteras, puertos de montaña o la seguridad.
"Son la alerta que nos guía a los demás efectivos del Estado, especialmente durante la campaña de vialidad invernal, para planificar el trabajo, tanto de la Dirección General de Tráfico, su Guardia Civil, como de los profesionales del Área de Protección Civil de la Delegación del Gobierno, Demarcaciones de Carreteras, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y el propio Ejército, o la UME, de ser necesario", ha añadido.