De rito pagano a símbolo en Navidad: así es la tradición del ramo leonés que cobra fuerza

Archivo - Ramo leonés.
Archivo - Ramo leonés.- AYUNTAMIENTO DE VALENCIA DE DON JUAN - Archivo
Europa Press Castilla y León
Actualizado: miércoles, 3 diciembre 2025 18:49

LEÓN 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

Llega la Navidad y los españoles se preparan para vivir las fiestas y adornar sus hogares. Árboles, bolas, belenes y todo tipo de motivos que también pueden definirse por los usos y costumbres que hay en el país y sus diferentes zonas.

Uno de estos es el ramo leonés, que cada vez tiene más peso en la decoración navideña, con lo que se recupera una tradición etnográfica muy arraigada en la provincia de León que consiste en colocar ante la fachada de cada casa un ramo elaborado con plantas propias de la época o con una rama de un árbol de hoja perenne, como puede ser el pino, el acebo, el laurel, la hiedra o el carrasco.

En su origen el ramo era una sencilla rama de árbol en la que se colgaban adornos y ofrendas, tal y como aún se hace en algunos lugares, auque ha evolucionado hacia formas más sofisticadas que han sustituido la rama soporte por un armazón de madera con un mástil para su izado y transporte profesional, al que se engalana con pañuelos de seda, velas, cintas de colores, rosquillas, frutas y otros dones de ofrenda con un motivo vegetal en el extremo superior.

Esta costumbre que se extiende desde León a otras latitudes, tiene origen en épocas precristianas. Se trata de una tradición relacionada con los ritos solsticiales del invierno para atraer hacia el hogar a los espíritus protectores y fertilizantes que viven en la vegetación. Por esta razón, en algunos pueblos las enramadas no se celebran en Navidad sino en primavera o a principios del verano, con el renacer de la vegetación.

De este modo, se considera que el ramo leonés es un símbolo pagano que fue asimilado más tarde por la Iglesia a través de las pastoradas o pequeños autos de Navidad que se celebraban en los atrios de las iglesias en las provincias de León, Zamora y Ourense, así como en zonas de Palencia, Asturias y Cantabria.

La tradición evolucionó del ramo natural a la estructura de madera utilizada en la actualidad, probablemente por influencia del candelabro de forma triangular con velas que se utilizaba en los templos en Semana Santa, tal y como detalla el Ayuntamiento de Astorga, uno de los enclaves donde se mantiene la tradición.

Más tarde, los ramos empezaron a colocarse dentro de los hogares, de un modo similar al árbol de Navidad o al Belén, hasta su recuperación en los últimos años con su presencia de forma cada vez, más habitual, en espacios públicos y viviendas.

La colocación del ramo leonés está considerada como "una de las expresiones más bonitas" de la religiosidad popular leonesa. Así, el canto y la ofrenda de este ramo se suelen celebrar por Navidad en la iglesia de los pueblos, aunque también son frecuentes los dedicados al patrón o patrona de la localidad para solicitar sus favores o a cualquier otro santo con motivo de algún ofrecimiento devoto.

VARIEDAD DE RAMOS

La variedad de los ramos tanto por la geometría de su armazón como por el tipo de ornamento ha dado lugar a diferentes tipologías que se han hecho características de cada zona como la gran arboladura y colorido en Maragatería, sencillez en algunos del Bierzo, golosa tapizado de rosquillas en El Páramo, Campos y Comarca de Sahagún, pañuelos primorosos en La Sobarriba y Vegas del Bernesga, austeridad ornamental en Omaña o simbolismo geométrico en las Tierras de León.

De forma triangular, semicircular o cuadrada, en este ramo se colocan una docena de velas simbolizando los meses del año y el renacer de la vida, representado por el aumento de las horas de luz que tiene lugar a partir del solsticio de invierno. Al pie del ramo suele haber una cesta con alimentos, como castañas y nueces.

El ofrecimiento y canto del ramo se suele hacer después de la misa de Nochebuena, Año Nuevo o Reyes --cada pueblo tiene su costumbre en una fecha--, o bien después de la procesión si es con motivo de la fiesta patronal.

El encargado de portar el ramo es un mozo mientras que las mozas componen el coro y cantan las canciones de temática religiosa especialmente concebidas para la ocasión. Por su parte, el sacerdote recibe el ramo, lo bendice y coloca junto al altar -- existen otros ritos parecidos en Sicilia, Calabria y Cerdeña--.

Según la tradición, a la puerta de la iglesia se pide licencia para entrar con 'El canto del ramo' que dice: "Para empezar a cantare a todos pido licencia. Y primero al señor cura que es el que manda en la iglesia".

Después, la comitiva avanza hacia el altar y, a cada paso, se relatan con versos los hechos acometidos en torno al nacimiento del niño Jesús: "Los pastores anhelando al Niño Dios adorare, abandonan sus ganados y acuden sin tardare".

Al final ya en el presbiterio, se canta la ofrenda y, tras hacer una petición, se da la despedida. En algunas comarcas, como en Omaña es tradicional incluir algunas estrofillas que satirizan sucesos locales ocurridos durante el año.

También es frecuente que los mozos reserven el ramo más grande y bonito para emplazarlo en la espadaña de la iglesia o junto a su puerta, con el argumento de que "la Virgen es la primen moza del pueblo y su familia la Sagrada Familia la más importante", según explicaciones recogidas en algunos pueblos.

 

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